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Spotify responde a Taylor Swift: “Pagamos USD $2.000 millones en derechos de autor”

Taylor Swift dejó muy claro que la música es un arte y ella debe tener el control de poder ponerla en un sitio o en otro. Dijo que “no quiere ser parte del experimento del streaming” y retiró su discografía de Spotify, resultando en un enorme drama.

Daniel Ek, CEO y co-fundador de Spotify, ha tenido que salir en defensa de su empresa dando dos cifras. La primera es cero: la cantidad de dinero que la piratería da al autor y artistas; la segunda es 2.000 millones: la de los millones de dólares que Spotify ha pagado desde 2008 a los artistas, discográficas y autores.

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Por lo tanto, no se trata de que un artista haga poco dinero con Spotify. Se trata que puede hacer mucho más dinero desde ventas directas que desde lo que se paga por el streaming.

Sobre las pérdidas de ventas, Daniel Ek también tiene algo que decir acerca de este “mito”. Se escuda en una realidad innegable: las cifras están descendiendo en todo el mundo, no solo en los países donde está disponible Spotify.

Hasta el momento, Swift ha vendido en una semana más de 1,2 millones de copias de 1989. Este no es un récord de la industria de la música, pero si para la artista que se ha convertido en la nueva diva del pop en una época donde el CD sigue perdiendo terreno.

Son ciertas las acusaciones de que Spotify no paga suficiente a los artistas, y que para muchos, estar en Spotify es simplemente “porque hay que estar”. Es verdad: el streaming no es una forma de remuneración directa y principal, pero es que tampoco lo son las descargas legales ni las ventas de los discos. La industria musical hace dinero de dos cosas: conciertos y merchandising.

Algunos apuntes que deberían quedar muy claros sobre este conflicto son:

  1. Universal quería que 1989, el álbum de Taylor Swift fuese número uno de ventas, por eso lo retiró todo de la plataforma más conocida de streaming. Querían ventas, no reproducciones.
  2. Taylor Swift tiene todo el derecho de retirar su álbum o cualquier obra de cualquier servicio, pero es Universal quien gestiona sus derechos, quien tiene la verdadera última palabra de qué hacer.
  3. En unos meses cuando el lanzamiento quede en el pasado, volverá su música a las plataformas donde ha sido retirada.

En esta guerra que intenta engañarnos convenciéndonos que es decisión de un artista, queda alguien completamente desprotegido: el fan. El usuario medio que le gusta escuchar música (aunque sea la de Taylor Swift), a falta de una forma sencilla de acceder a su música, la descarga ilegal.

Si no está en YouTube, la gente busca en Spotify; si no está en Spotify, prueba a escucharla en otros servicios de streaming y si no, ya a la desesperada, la descarga de fuentes poco fiables, ya sea redes P2P o de descarga directa. Entonces, Taylor Swift no está perdiendo dinero por culpa de Spotify; lo está perdiendo porque ella (o su disquera) están obligando a los usuarios a recurrir a la piratería al no darles las opciones adecuadas.

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