El año 2010 la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos aprobó una serie de regulaciones respecto a la neutralidad en la red, en la que prohibía a los proveedores de servicio (ISP) que bloqueen o ‘discriminen sin motivos’ todo tráfico de Internet, la que de todas formas recibió duras críticas por parte de los activistas por la neutralidad en la red al considerarla demasiado débil.
La normativa sin duda era bastante frágil. Por ejemplo, si bien estas normas se aplicaban a los ISPs, éstas no corrían para las operadoras de telefonía celular, las que no podían bloquear sitios web indiscriminadamente pero sí se les permitía acelerar o disminuir la velocidad de conexión para los servicios que estimara convenientes, de acuerdo a ciertos límites mensuales de uso de Internet por parte de sus usuarios.
El asunto es que la normativa de 2010 era un punto medio que en gran parte beneficiaba a las grandes empresas, pero también en algo protegía a los usuarios (peor es nada). Por eso, las empresas aceptaron estas nuevas normativas sin quejarse al sentir que era una concesión razonable con la que podían seguir funcionando sin mayores problemas. Excepto por Verizon.
La empresa Verizon optó en 2010 por demandar al gobierno federal norteamericano asegurando que no tenía las facultades para solicitarle a los ISP de ese país que traten por igual a todo tipo de tráfico de Internet. Un juzgado le dio la razón a la empresa a inicios del año 2014, lo que terminó gatillando que la FCC planee actualizar sus lineamientos para garantizar una Internet abierta, pues el fallo de la corte dejaba abierta la posibilidad de imponer la neutralidad en la red sin mayores impedimentos legales simplemente recatalogando a los ISPs como «carriers comunes» (una figura legal estadounidense aplicada a servicios como ferrocarrilles o la telefonía fija para que éstos no discriminen a sus clientes).
El problema para los ISPs es que ahora están enfrentando un escenario donde la FCC podría implementar medidas más firmes para garantizar la neutralidad en la red en los Estados Unidos, tocando incluso ahora a las operadoras de telefonía celular y analizando la posibilidad de catalogar a los ISP como «carriers comunes», por lo que según National Journal las empresas proveedoras de Internet estarían ‘furiosas’ con Verizon por abrir esta caja de Pandora, aunque jamás lo reconocerían públicamente.
Los lobbystas de los ISPs habrían afirmado que hay una frustración transversal con Verizon por cometer lo que ven como un grave error estratégico, e incluso algunas compañías habrían intentado convencer a la gente de Verizon que bajaran la demanda. Una fuente anónima al interior de los ISPs afirmó que Verizon:
National Journal asegura que «a este punto, Verizon y los otros proveedores de Internet deberían estar agradecidos si logran una nueva normativa que se asemeje a las regulaciones del 2010«, y aseguró que los activistas por la neutralidad en la red no lo reconocerán, pero estarían ‘felices‘ por el triunfo de Verizon en las cortes, pues ahora sienten que están obteniendo el respaldo de la mayoría de la ciudadanía para imponer una normativa más fuerte. Según el vicepresidente de la ONG Public Knowledge, una agrupación que vela por una Internet libre: