Uno de los problemas más comunes de la vida moderna es la constante batalla contra la señal de WiFi. En mi caso he logrado identificar que el único punto donde tengo una señal consistente, y en la que puedo confiar, es cuando estoy en la regadera y las puertas de ambos extremos del loft están abiertas. Esto se le atribuyo al hecho de que, al vivir en un contenedor, tengo que lidiar con paredes metálicas poco amigables para las ondas del módem.
Pero Jason Cole lo llevó al siguiente nivel, cuando aplicó la ecuación de Helmhlotz, que modela la propagación de ondas. para hacer un mapa de como se comporta el WiFi en su hogar. Utilizando un ordenador encontró una solución en dos dimensiones para su piso, utilizando los valores teóricos de refracción de 1 para el espacio vacío y un número arbitrariamente alto para los muros.
La primer solución arrojó una buena cobertura en todo el piso cuando el router se encontraba en una esquina, pero moverlo al centro podría crear áreas con excelente cobertura. El siguiente paso fue darle poderes de absorción, en su modelo, al concreto, lo que causó que apareciera ese problema tan común al que nos enfrentamos todos: excelente recepción en las inmediaciones del router, pero puntos periódicos de buena o mala recepción por la interferencia de las ondas.
Finalmente Cole agregó el tiempo a su modelo y encontró como las ondas podrían llenar su apartamento creando bolsas de alta concentración en diferentes zonas. Algunas de estas zonas fueron completamente inesperadas, por ejemplo detrás de una puerta particularmente gruesa en la parte superior del apartamento.
Router posicionado en el centro del piso.
Para aquellos con inclinación para la física y algún conocimiento de paquetes para resolver ecuaciones esto puede presentarse como una excelente solución para optimizar la posición del router, y para aquellos sin esas inclinaciones, siempre está la opción de vagabundear por el espacio buscando un punto donde los .gif de gatos haciendo cosas tiernas abran más rápido.
