En la historia de la computación, los microprocesadores consiguieron formar parte de lo que hasta ahora conocemos como computadora por su diminuto tamaño. Esto no sería suficiente, hasta que aparecieron nuevas tecnologías a partir de módulos, para conectarse a la red, por ejemplo. Quizás su tamaño dependió del futuro móvil tecnológico.
El U-blox SARA-U260 puede ser capaz de tomar esa posición importante en el mundo móvil, y permitir la conexión a la red 3G a pequeños dispositivos, tales como los relojes inteligentes que dependen de la conectividad con el teléfono. Este módulo mide tan sólo 16 x 26 milímetros y ha sido certificado por AT&T para verlo en acción muy pronto.
Entre sus características, responden a las funciones de equipos telemáticos, terminales de tarjeta y medidores de servicios públicos. Se acompaña del A-GPS (Sistema de Posicionamiento Global Asistido), además de una interesante tecnología llamada CellLocate que hace uso de las señales de la red celular para localización en interiores, cuando el GPS no está disponible.
La delimitante de cualquier dispositivo tecnológico de tamaño relativamente muy inferior al de la mayoría en el mundo móvil, le hará ver como un gran actor en este juego. Si bien en la actualidad y desde hace algunos años es posible conectarse a la red 4G y se están realizando pruebas para la conectividad 5G, la conexión a redes 3G e inferiores continúan en la línea vigente porque la mayoría de los dispositivos aún las ocupan.
Se estima que el número de dispositivos no conectados a la red celular crecerá hasta los 8.000 millones a finales de 2018, por lo cual el desarrollo de pequeños módulos con esta y mejores capacidades podría disminuir la cifra y podría ser considerado en los mercados emergentes, en los que sólo es posible conectarse a redes 2G y 3G.