VKontakte, la red social más popular en Rusia, se quedará sin el que fue el mayor defensor de los derechos de libre expresión de sus usuarios.
Después de vender sus acciones en enero y haber declarado que no saldría de la compañía, Pavel Durov por fin decidió retirarse de VKontakte en donde fungía como director ejecutivo.
Todo empezó desde el 2011 cuando la FSB presionó a VKontakte para desactivar cuentas de usuarios que promovieran marchas de protesta en las calles. En esa ocasión Durov resaltó la neutralidad de la red social al argumentar que VKontakte era “una empresa apolítica que no protegía los intereses particulares de ningún partido político ni de las autoridades y grupos de oposición.”
La presión desde aquél entonces se convirtió en una bola de nieve.
En 2013, dos de sus cofundadores vendieron el 48% de las acciones totales de VKontakte a United Capital Partners, organismo dirigido por Ilya Sherbovich, un aliado del presidente ruso Vladimir Putin y miembro de la mesa directiva de la compañía de combustible Rosneft.
Durov vendió su parte de 12% a Ivan Tavrin, CEO de MegaFon, una de las compañías telefónicas rusas más poderosas en la que Alisher Usmanov, hombre más rico de Rusia y también aliado de Vladimir Putin, es copropietario.
Posteriormente, Tavrin vendió ese 12% a Mail.ru, corporativo poseedor del 40% restante de VKontakte. Cabe destacar que Usmanov también es copropietario en Mail.ru.
En un post de VKontakte, Pavel Durov expresó lo siguiente:
Pavel Durov, quien es recordado por haber tirado más de USD $5,000 por la ventana de su oficina en San Petesburgo, es reconocido también por su pensamiento anárquico-liberal. Junto con su hermano Nikolai, creó el servicio de mensajería Telegram que se caracteriza por ofrecer diversos mecanismos para garantizar la seguridad y privacidad de los usuarios.
Para celebrar su cumpleaños número 27 donó USD $1,000,000 a la Fundación Wikimedia. Al momento, no se sabe quien tomará el control como CEO en VKontakte después de la partida de Durov.
Actualización 3 de abril: Parece que Durov tiene más humor del que se le da crédito a los rusos, porque según Wall Street Journal y citando contacto en VKontakte, la dimisión de Pavel fue una broma. Lo cual agrava más aun su situación con el fondo de inversión ruso UCP, quienes están intentando hacerse con el control de la empresa.
Link: TechCrunch
