Tiempo atrás y bajo la consigna “Que vuelvan los lentos”, una marca de snacks inspiraba a recordar los lentos más clásicos de antaño. La cultura del vintage o la onda retro vuelve a estar paradójicamente de moda, con productos que hacen irnos varias décadas atrás en nuestra máquina mental del tiempo.
Un ejemplo de esto es la vuelta a los tocadiscos o tornamesas. Si bien nunca desaparecieron, claramente tuvieron una disminución importante en su comercialización a principios de la década de 1990 con la salida del cassette y posterior nacimiento del CD. Ni hablar del digital y los MP3. Sin embargo, para quienes les gustan los formatos análogos, no hacemos más que vibrar al sentir la “papa frita” del disco sobre la tornamesa, ese sonido característico del vinilo.
Para ellos, ya no es necesario recorrer las ferias públicas y ventas de garage buscando un tocadiscos para reproducir las colecciones empolvadas de vinilos.
La empresa Crosley Radio (de origen estadounidense) los fabrica ininterrumpidamente desde 1920 con diseños vanguardistas y muy sofisticados. Tal como muchos fabricantes, Crosley Radio también debe ir mejorando y actualizando sus modelos. Esto incluye la incorporación de radio, CD, Cassette y algunas mejoras útiles que los hacen muy superiores en prestaciones a los tocadiscos antiguos.
Entre las principales características de estos equipos están la incorporación de salida USB. Esto permite la conexión con un PC para digitalizar discos y luego llevar esos audios digitales a un reproductor portátil. Además incluyen salidas de sonido RCA lo que permite amplificar el audio con algún otro equipo de mayor potencia. Recordemos que incluyen parlantes pequeños, pero que no son lo suficientemente potentes.
En portales de compra como Amazon o eBay se pueden adquirir estos dispositivos, donde varían los precios, los diseños y características técnicas. Sin embargo todos ofrecen la reproducción de discos de vinilos desde los modelos básicos de USD$120 hasta los fabricados en madera que pueden superar los USD$700 la unidad.
En el mercado internacional de la música y sus derivados, los artistas siguen amando este formato, y de hecho en el último tiempo ha aumentado la venta de discos de vinilo. Esto tiene sentido cuando se analiza técnicamente la calidad de sonido entre un archivo de audio digital y el sonido análogo de un disco de vinilo. Siempre este último ha sido muy superior en calidad, ya que no tiene compresión ni pérdidas. Es simplemente el sonido tal cual debe ser. Tal como fue grabado en el estudio. Los fanáticos de todo el mundo, agradecen este tipo de bondades que solo un disco impecable puede otorgar.
Ya no hay excusas, ahora sí “volvieron los lentos” y para suerte nuestra, ya tenemos donde escucharlos.