La empresa de biotecnología estadounidense Organovo logró crear por primera vez, mediante una impresora 3D, un pequeño hígado en un laboratorio de unos cuatro milímetros de ancho y un milímetro de espesor que es capaz de realizar gran parte de las funciones de un hígado real.
Los mini hígados de Organovo son creados gracias a una impresora que los elabora sobreponiendo unas 20 capas de células de Ito y hepatocitos –obtenidas de tejidos que sobran de operaciones y biopsias–, además de células que forman vasos sanguíneos, para crear una delicada red de canales que alimentan a las células hepáticas con nutrientes y oxígeno, lo que le permite al tejido vivir por cinco días o más.
En la actualidad, los hígados cultivados en laboratorios son bidimensionales, basados en una o dos capas de células, y debido a ésto solo duran un par de días y no tienen el mismo rango de funciones que los mini hígados.
Si bien de momento, al imitar fielmente la estructura y funciones de un hígado real, esto sirve para predecir certeramente la toxicidad de drogas y otras sustancias, esto también abre la puerta para que, eventualmente, pudiéramos en un futuro crear pedazos de hígado para trasplantes (siempre y cuando puedan elaborar adecuadamente la compleja red de vasos sanguíneos necesaria para cultivar un hígado funcional).
Link: Bioengineers 3D print tiny functioning human liver (Wired UK)