La computación en nube ha recorrido un largo camino desde que fue marcada por primera vez como una perspectiva de futuro por parte de algunos investigadores. La historia inicial de la computación en nube nos lleva a finales del siglo veinte, cuando la prestación de servicios de computación comenzó. Sin embargo el concepto se remonta a J.C.R. Licklider y John McCarthy.
El término “nube” se utiliza como una metáfora de Internet, basado en el dibujo de nubes utilizado en el pasado para representar a la red telefónica, y más tarde para representar a Internet en los diagramas de red de computadoras como una abstracción de la infraestructura subyacente que representa.
El cloud computing o computo en la nube es una evolución natural de la adopción generalizada de la virtualización, la arquitectura orientada a servicios y utilidad del cómputo. La idea básica es que los usuarios finales ya no necesitan tener conocimientos o el control sobre la infraestructura de tecnología “en la nube” que los apoya.
John McCarthy
El concepto básico del cloud computing o computación en nube se le atribuye a John McCarthy – responsable de introducir el término “inteligencia artificial”. En 1961, durante un discurso para celebrar el centenario del MIT, fue el primero en sugerir públicamente que la tecnología de tiempo compartido (Time-Sharing) de las computadoras podría conducir a un futuro donde el poder del cómputo e incluso aplicaciones específicas podrían venderse como un servicio (tal como el agua o la electricidad). Esta idea de una computadora o utilidad de la información era muy popular en la década de 1960, incluso algunas empresas comenzaron a proporcionar recurso compartidos como oficina de servicios – donde se alquilaba tiempo y servicio de computo. El sistema de tiempo compartido proporcionaría un ambiente operacional completo, incluyendo editores de texto y entornos de desarrollo integrado para lenguajes de programación, paquetes de programas informáticos, almacenamiento de archivos, impresión masiva y de almacenamiento offline. A los usuarios se les cobraba un alquiler por el terminal, las horas de tiempo de conexión, tiempo del CPU y kilobytes mensuales de almacenamiento en disco. Sin embargo, esta popularidad se desvaneció a mediados de los 70s cuando quedó claro que el hardware, software y las tecnologías de comunicación simplemente no estaban preparados.
El concepto de una red de computadoras capaz de comunicar usuarios en distintas computadoras fue formulado por J.C.R. Licklider de Bolt, Beranek and Newman (BBN) en agosto de 1962, en una serie de notas que discutían la idea de una “Red Galáctica”.
Herb Grosch muestra la IBM 701 a un compañero de trabajo en GE
En 1996, Douglas Parkhill con su libro llamado “El desafío de la utilidad de la computadora” exploró a fondo muchas de las características actuales de la computación en nube (aprovisionamiento elástico a través de un servicio de utilidad), así como la comparación de la industria eléctrica y el uso de las formas públicas, privadas, comunitarias y gubernamentales. Pero otros investigadores afirman que las raíces de la computación en nube nos llevan hasta la década de 1950 con las observaciones de Herb Grosch. Él decía que la potencia de una computadora es proporcional al cuadrado de su precio (Ley Grosch), sin embargo la ley de Moore se encargó de desmentir esto. Algunos académicos recientemente han rehabilitado la ley de Grosch, mirando la historia de la computación en la nube, afirman que “Grosch estaba equivocado sobre el modelo del costo de la computación en nube, no se equivocaba en su suposición de que las economías eficientes y adaptables podría alcanzar su objetivo si confían en centros de datos centralizados en lugar confiar en el almacenamiento de unidades“.
Las empresas de telecomunicaciones hasta la década de los 90s eran quienes ofrecían redes privadas virtuales (VPN) con una calidad de servicio semejante, pero a un costo mucho menor. Al ser capaces de equilibrar el tráfico pudieron hacer uso del ancho de banda total de la red con mayor eficacia. Incluso el símbolo de la nube se utiliza para indicar el punto de demarcación entre lo que es la responsabilidad del proveedor y lo que era la responsabilidad del usuario. Ahora la computación en nube extiende este límite para cubrir servidores, así como la infraestructura de red.
Uno de los pioneros en la computación en nube fue Salesforce.com, que en 1999 introdujo el concepto de entrega de aplicaciones empresariales a través de una sencilla página web. Amazon era el siguiente en el tren, al lanzar Amazon Web Service en 2002. Entonces llegó Google Docs en 2006, que realmente trajo el cloud computing a la vanguardia de la conciencia del público. 2006 también vio la introducción de Elastic Compute Cloud de Amazon (EC2) como un servicio web comercial que permitió a las empresas pequeñas y particulares alquilar equipos en los que pudieran ejecutar sus propias aplicaciones informáticas.
Esto fue seguido por una colaboración de toda la industria en 2007 entre Google, IBM y una serie de universidades de los Estados Unidos. Luego vino Eucalyptus en 2008, como la primera plataforma de código abierto compatible con el API-AWS para el despliegue de clouds privados, seguido por OpenNebula, el primer software de código abierto para la implementación de nubes privadas e híbridas. Microsoft entraría hasta el 2009 con el lanzamiento de Windows Azure. Luego en 2010 proliferaron servicios en distintas capas de servicio: Cliente, Aplicación, Plataforma, Infraestructura y Servidor. En 2011, Apple lanzó su servicio iCloud, un sistema de almacenamiento en la nube – para documentos, música, videos, fotografías, aplicaciones y calendarios – que prometía cambiar la forma en que usamos la computadora.
Ahora, tenemos muchos jugadores importantes en la nube y con ellos muchos servicio. Sin embargo entre 2010 y 2011 nos dimos cuenta que muchos de ellos, ya sea por fallas en su infraestructura o vulnerabilidades, no son cien por ciento confiables. Incluso, ahora las empresas tienen que resolver la legalidad de la información que circula en estos servicios modelos de negocio. Richard Stallma cree que la computaciónen nube pone en peligro las libertades de los usuarios, porque éstos dejan su privacidad y datos personales en manos de terceros.
Pero una vez resuelta la seguridad, validez y permanencia de la información, podemos pensar con calma en la futura sincronización de los recuerdos en cuerpos prostéticos.
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