Álvaro Froste, un adolescente uruguayo de 16 años, fue asesinado de un disparo en el pecho durante un enfrentamiento entre dos bandas de jóvenes que al parecer, se citaron a pelear en cercanías de un shopping de Montevideo a través de Facebook.
La noticia conmocionó a sus amigos y conocidos que se manifestaron en forma masiva a través de la red social para pedir que se detenga la violencia que existe entre grupos antagónicos en Facebook.
Este episodio alertó al gobierno uruguayo sobre el rol de las redes sociales en situaciones como las que desencadenaron esta tragedia. La pregunta planteada es ¿se alientan los conflictos en las redes o son disputas que a pesar de trascender los hechos reales no van más allá de discusiones o empujones entre adolescentes?
Eduaro Bonomi, Ministro del Interior de Uruguay, aseguró en declaraciones al diario El País, que la policía interviene cuando un conflicto se desborda en las calles o espacios públicos, pero que situaciones como la del shopping no se solucionan combatiendo estos desbordes sino el motivo que las provocan.
Otros especialistas consultados por el mismo medio ofrecieron opiniones dispares al respecto. El argentino Miguel Ángel Justo, presidente del Grupo de Trabajo Latinoamericano sobre delitos tecnológicos de Interpol, comentó que el aumento del uso de la tecnología en hechos delictivos ya es algo cotidiano.
Sin embargo, funcionarios del Plan Ceibal, responsables de la administración de medio millón de computadoras en poder de niños y adolescentes uruguayos, aseguraron que no están evaluando un control del uso de redes sociales por parte de los estudiantes ya que “no es nuestro rol restringir el uso o hablar de la filosofía de las redes sociales; no tenemos demasiada injerencia en ese tema”.
Otros entrevistados, como el ex Ministro del Interior, Robert Parrado, manifestó que la policía deber controlar y monitorear lo que sucede en las redes sociales. Incluso, sugiere crear una patrulla virtual con especialistas para resolver situaciones conflictivas.
Varios adolescentes amigos de la víctima comentaron que el desenlace tiene relación directa con una eterna disputa entre bandas que suelen encontrarse en cercanías del Montevideo Shopping donde las peleas nunca pasan de más que una pequeña trifulca o insultos y pequeños hurtos. A pesar de esto, todos coinciden que las amenazas y provocaciones a través de Facebook entre los bandos desencadenaron en el disparo que terminó con la vida de Froste.
La policía ya alertó a los medios e informó que se encuentra monitoreando las redes a causa de varias denuncias que informan que el grupo al que pertenecía Froste juró vengarse de la muerte del joven. Mensajes como “La Banda del Buceo no va a parar hasta que haya otro muerto” o “El domingo te vamo` a vengar” fueron encontrados en los distintos perfiles auditados.
No se puede culpar en primera instancia a las redes sociales de haber provocado estos incidentes, pero sí de haberlos exacerbado hasta límites que muchos no pueden controlar en la vida real. Todos sabemos que las redes sociales son espacios de diálogo e interacción, pero también de confrontación, donde muchos usuarios se expresan de formas violentas y con expresiones u opiniones que en muchos casos no revelarían en la vida real.
Links:
–Tras la muerte de un jove, Uruguay evalúa el control de las redes sociales (infobae)
–Marcha que reunió a más policías que participantes (elpais.uy)
–El crimen de Álvaro Froste atizó la guerra del shooping (CausaAbierta)
–Policía indaga amenazas de venganza en internet (elpais.uy)