El título de este artículo hace alusión a una frase latina acuñada siglos atrás por el poeta romano Juvenal, que revela un debate social mayor con una actualidad espeluznante.
Como comunidad hemos entregado nuestra venia para que un grupo de personas, como parte de una institución, ejerzan la vigilancia, custodia, protección, fiscalización, etc. y lo que es más importante; que hagan uso de la fuerza de manera autorizada. Esta situación no se vuelve problemática hasta el momento en que nos vemos sometidos a una situación manifiestamente injusta o abusiva en el ejercicio de esa fuerza permitida.
No pretendo poner en duda el papel que cumplen las policías en el mundo y la necesidad de que puedan hacer un uso racional de la fuerza con límites y controles.
La propuesta es que ese control debe venir de los vigilados, y la mejor herramienta la entregan las nuevas tecnologías, en particular la ubicuidad actual de las microcámaras en diversos dispositivos portátiles. La vigilancia desde los ciudadanos no es nueva, pero la efectividad que las nuevas tecnologías le entregan es única en la historia.
En inglés se ha llamado Sousveillance a la vigilancia ciudadana o vigilancia de la “otra” parte, en oposición a Surveillance (vigilancia) que es el término para describír la vigilancia oficial. Esta tendencia se ha profundizado con la popularización de nuevas tecnologías de registro de imágenes, videos y sonido.
Cientos de personas portan en sus bolsillos dispositivos de registro de imágenes que en segundos pueden ser usados para grabar la actividad de aquellas personas que como sociedad hemos encomendado la vigilancia y cuidado de la comunidad, de ese modo haciendolos responsables de sus actos.
Alcances de este fenómeno
En la experiencia mundial existe un grado de rechazo por parte de la oficialidad a que sus actividades puedan ser grabadas, y en algunos lugares de EE.UU. se ha decidido que esto simplemente esta prohibido. Lo cierto es que la tendencia es hacia el otro sentido, y las policías están comenzando a entender que su labor siempre puede estar siendo registrada.
No sólo las policías serán monitoreadas por estos medios (y lo están siendo), sino también los guardias privados u otros empleados que cumplen papeles de control o vigilancia en contextos privados (cines, centros comerciales, estacionamientos privados, etc.) contexto en el que también pueden tomar lugar situaciones de abuso de poder.
Otro tema tocante es el uso de estas mismas tecnologías en los movimientos sociales que han tomado forma en los últimos años, con especial fuerza el 2010 y el 2011. Hemos podido presenciar la visión no oficial de las noticias gracias a Youtube y otros medios de la red. Esto sólo ha podido ocurrir gracias a esas pequeñas cámaras que han portado las personas involucradas, y que han utilizado, conscientes del peso que tiene una imagen para reflejar la realidad. Un punto a favor de la tecnología.
Creo que en general una sociedad se vuelve más transparente cuando las actividades de la autoridad pueden ser vigiladas por los ciudadanos, y así debidamente revisadas cuando las circunstancias lo exijan. En lo personal pienso que el hecho de que cada uno de nosotros pueda portar un medio por el cual asegurar un mejor conocimiento de los hechos, y que informe la decisión de un juez es siempre algo bueno y mientras más personas haya registrando el mundo, mejor.