Suena como si fuera una pareja que nunca debió ser separada: cine y cinética, pero ¿realmente son dos ideas que deben ir de la mano?
Así como el mp3 tiene por las cuerdas a la industria discográfica, la descarga de películas por internet ha alejado a la gente de las salas de cine. El renacer del 3D fue la gran apuesta por revertir esta tendencia, pero siendo justos, esta tecnología no ha experimentado mejoras sustanciales en la última década y entonces la opción de “arrendar” películas y verlas en la comodidad de la casa en vez de pagar extra y ganarse un agudo dolor de cabeza, parece cada vez más atractiva. Pero, ¿qué pasa si a la experiencia en tres dimensiones le agregas butacas que se muevan junto con las acciones en la pantalla?
D-Box lleva unos años implementando la programación de los efectos de movimiento en los asientos de algunos cines en Estados Unidos y Canada. Apunta principalmente a películas de acción (ni los imaginen en sus rotativos de cine erótico favoritos) y también a videojuegos de carreras y sus movimientos están perfectamente sincronizados con la acción de la pantalla, generando una experiencia mucho más realista.
¿Contras? Claro. Puedes ir olvidándote del tradicional popcorn y las bebidas, a menos que quieras regarlos por todo el lugar. Y al dolor de cabeza propio de las dos horas con la vista forzada por los anteojos 3D, puedes ir sumándole un dolor cervical…
Entonces, ¿volverías al cine porque cuenta con este tipo de butacas?
Por si te ayuda a decidir:
Link: Will designing a kinetic movie theater chair help the experience (Core 77)