Que un inventor de apellido Stark desarrolle prótesis mecánicas para suplir o complementar el cuerpo humano puede parecer el argumento de Ironman pero en este caso es la realidad.
Mark Stark no desarrolló una armadura ni tiene aspiraciones de superhéroe, pero su invento es heroico de por sí por haber ayudado a mejorar la vida diaria de su buen amigo Dave Vogt, que nació sin su mano izquierda.
La gracia del diseño de Stark es que por un precio comparable a lo que cuesta un garfio, permite ejecutar acciones propias de las más sofisticadas (y caras) manos electrónicas.
Las prótesis destinadas a reemplazar una mano pueden ser de índole puramente cosmética, o tener un uso práctico aunque menos glamoroso como el garfio. Para conjugar ambas condiciones el mercado ofrece manos de más de USD 10.000 que, en sus versiones más innovadoras permiten el control a través de impulsos nerviosos y están en camino a ser controladas por la mente.
Sin embargo para los que no tienen presupuesto estas no son opciones, y Dave Vogt, el amigo de Stark, se conformaba con usar su garfio para su trabajo como operador de maquinaria.
Este diseñador industrial se basó en el mismo sistema del garfio, mediante el cual el usuario puede abrir o cerrar el gancho utilizando el hombro. La diferencia es que, en vez de un gancho, diseñó una mano plástica donde cada dedo tiene articulaciones, y dentro de cada uno hay un juego de resortes que contraen el dedo hasta topar con un obstáculo. Cada uno se contrae de forma independiente y de ese modo el usuario puede sujetar objetos de forma irregular con una combinación adecuada de fuerza de agarre y suavidad. El tensor que en otras condiciones abre el garfio, en la mano de Stark funciona como un tendón que estira los dedos para soltar el objeto que se está manipulando.
De alguna manera se parece al conocido juguete de mano robot, pero además de contar con mayor versatilidad, la mano de Stark opera justo a la inversa (en el juguete la posición natural es con los dedos extendidos).
Después de pocas horas de práctica con el primer prototipo, Dave Vogt logró atrapar una pelota en el aire. Era la primera vez que sostenía una pelota con su mano izquierda. Desde entonces hasta ahora Stark ha ido perfeccionando el diseño para hacerlo más fácil de producir en serie, más resistente y más barato.
Ojalá Stark tenga apoyo suficiente para producir este invento en masa y ayudarle a quienes han sufrido un accidente y ven su vida deteriorada abruptamente. El grupo más expuesto debe ser el de los trabajadores que operan en matricería y otras herramientas de corte, y en casi todo el mundo este tipo de trabajo no deja suficiente holgura económica como para comprar manos biónicas.
Link: 2011 Invention Awards: A Better Mechanical Hand (PopSci)