Para nadie es un misterio que la política se encuentra bastante desprestigiada, despertando en muchos ciudadanos no sólo cierta indiferencia, sino a veces hasta un abierto y profundo rechazo. Sin embargo, los ciudadanos tienen no sólo el derecho –legalmente reconocido– de acceder a la información relativa a la administración pública, sino también la obligación de controlar (dentro de los parámetros posibles) la labor de quienes los representan, bajo la lógica evidente de que las decisiones de nuestras autoridades nos afectan directamente.
Vota Inteligente es una iniciativa chilena de la fundación independiente Ciudadano Inteligente, que ha creado una serie de herramientas que buscan ayudar a las personas a cumplir este rol.
La organización nació a fines del año pasado –en el contexto de las últimas elecciones presidenciales– con el objeto primario de brindar a la ciudadanía, a través de su sitio web, información bastante completa sobre de cada uno de los candidatos. Sin embargo, en la actualidad las metas de Vota Inteligente se han tornado mucho más amplias, complejas y ambiciosas.
Además de ofrecer columnas de opinión, una base de datos con estadísticas, informes y papers de fundaciones y organismos internacionales, y útiles infografías sobre el funcionamiento del Congreso, Vota Inteligente cuenta con una sección llamada “monitoreo parlamentario”, que busca reunir en un solo lugar información detallada sobre la actividad de diputados y senadores. Los datos sobre los proyectos en que los parlamentarios participan, cómo votaron en diferentes iniciativas y de qué trata cada proyecto, se encuentran actualmente disponibles pero bastante dispersos, de modo que el entendimiento de tal información es muchas veces una tarea tediosa y compleja.
Por ello, esta herramienta muestra un perfil completo de cada senador o diputado, incluyendo no sólo datos básicos como partido político, períodos legislativos y las comisiones que integran, sino también aspectos como gasto electoral, declaración de patrimonio y los proyectos que han presentado en el Congreso, pudiendo clasificar estos últimos, incluso, de acuerdo a materia.
Esta información es de acceso público (a partir de la promulgación de la Ley 20.285 Sobre Acceso a la Información Pública o “Ley de Transparencia”), pero la labor de Vota Inteligente consiste en procesarla, convertirla a un formato digerible y, más importante aún, cruzarla y centralizarla toda en un mismo espacio, lo que permite aumentar en gran medida la utilidad de estos archivos.
Tuve la oportunidad de conversar sobre este proyecto con Felipe Heusser, abogado y director de Vota Inteligente, a quien agradecemos desde ya su gentileza al contestar nuestras inquietudes.
– ¿Por qué no es suficiente para los ciudadanos la información que se publica en la web del Congreso? Dijiste que se encontraba parcialmente bloqueada para los usuarios. ¿Cuál es la situación?
Lo que pasa es que el Congreso no publica toda la información que debiera y alguna de la información que publica lo hace en un formato que no se puede procesar. Entonces hay varias cosas.
Primero, muchos de los antecedentes son incompletos. Hasta el día de hoy –que todavía no se hace un reglamento para publicar los registros de las comisiones del debate parlamentario, por ejemplo– el debate parlamentario que en una comisión puede durar a veces tres horas, con opiniones de ida y vuelta por los distintos partidos, parlamentarios con un debate interesante para entender qué postura tiene cada cual, eso no queda reflejado en el acta. Porque el acta es un documento de unas dos páginas donde se resume todo, pero donde se pierde el debate, finalmente. Y es un acta donde no está además la obligatoriedad, por ejemplo, de establecer quiénes votaron a favor y en contra de una determinada moción. Suena ridículo, pero la verdad es que no es así. Uno revisa las actas y dicen “cinco a favor, tres en contra”, ¿pero quiénes? No sé. Eso no sale. Entonces los datos son incompletos.
También los datos son desactualizados. El acta te puede llegar a veces con un par de semanas de retraso, entonces pierde toda validez para efectos de una ONG, por ejemplo, que defiende un interés medioambiental.
Lo otro que pasa es que la información en el plenario tampoco está disponible en un formato adecuado. Si no me equivoco, la Cámara tiene la información disponible en XML al menos para poder sacar información, el Senado no… Entonces nosotros no podemos extraer la información.
Hay un sistema que administra o que gestiona los datos del Congreso, el SIL –que creo que lo manejan en conjunto con la Biblioteca del Congreso– que es un sistema también incompleto; no nos permite extraer todos los datos. Y tampoco está el código disponible para hacerlo. O sea nosotros ahí, por un lado y por otro, nos manejamos para poder con un robot colgarnos del sitio y poder extraer datos, pero tampoco es que haya una apertura de decir “aquí hay un código, puedes entrar, crear una API, un widget”. Eso no está y sí pasa en otros países.
Entonces es una suma de factores (el canal de televisión de ambas Cámaras transmite lo que quiere, no hay una interacción con los ciudadanos para decir “este debate debate es importante de ser transmitido para todos”). Hay un montón de cosas que están fallando allí y espero que vayan a mejorar en el próximo tiempo, y quiero creer que la señal de que la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara haya aprobado hace un par de semanas la publicidad en línea –y en vivo– del debate parlamentario es una buena señal. Ahora hay que avanzar en otros aspectos.
– Descríbenos el proceso, desde el punto de vista técnico, a través del cual Vota Inteligente consigue la información que le sirve de fuente, desde que recolectan los datos hasta que los procesan y posteriormente publican.
Vota Inteligente funciona como un “Robocop”, es como mitad hombre y mitad máquina. No todos los datos están disponibles en línea como uno quisiera, no es como en Inglaterra donde está el sistema Hansard implementado y tú puedes fácilmente sacar los datos, hay una API, etc. Acá hay que agarrar lo que buenamente se puede, y por eso tenemos un robot que extrae los datos del sistema que gestiona la información del Congreso.
Pero también hay un montón de antecedentes que hay que procesar a mano. Hay un oficio a veces de 30 páginas que tienes que traducir de manera simple, sencilla en una base de datos; cómo se votó, cuáles fueron las opiniones esgrimidas, de qué se trata –cuál es el corazón del proyecto–, o sea una información que pueda ser “masticable” por toda la ciudadanía.
Nosotros en Vota Inteligente tenemos varias etapas. La primera está generalmente liderada por practicantes que van revisando todos los datos del Congreso y los bajan a una cierta planilla traspasando esa información hacia formato de base de datos. Ese documento lo traspasamos a base de datos. Esa información después es organizada, cruzada, etc. por el equipo de desarrollo web. Y está luego el equipo de visualización, un equipo de diseño e información que hace que sea fácil de leer y procesar por los ciudadanos.
Entonces, en resumen, es una mezcla. Nosotros quisiéramos que cada vez esto tienda hacia mayor automaticidad, pero también sabemos que la cosa es lenta y por eso tenemos ambas cosas. O sea, a todo lo que se pueda acceder por computador, accedemos, y a todo lo que no, trabajamos a mano para traspasar esos datos hacia formatos procesables.
– ¿Cómo se podrá acceder a esa información que recolectan?
Nosotros, desde la fundación Ciudadano Inteligente, estamos constantemente, día a día pidiendo bases de datos y estamos desarrollando una plataforma web que se llama Criik.com, que va a ser una plataforma de ventanilla única para acceder a los datos públicos del gobierno. ¿Cómo lo estamos haciendo? Primero descargamos todo lo que está en línea disponible en nuestros servidores, luego comenzamos por Ley de Transparencia a pedir todos los días datos, más bases de datos, y ahora la estamos subiendo a Criik.com para buscarla.
Así es que –yo espero– desde finales de enero entrar ahí y buscar información. Si es que el Gobierno la publicó en línea, ahí tiene que estar. Y si es que no está, puedes hacer una solicitud de acceso a la información ahí para que esa información esté disponible, porque, de lo contrario, todo el mundo del desarrollo web, del desarrollo web con sentido social estamos amarrados de manos, porque no podemos desarrollar aplicaciones de contenido social sin acceso a datos públicos que la alimenten.
– El sitio Vota Inteligente nació como una iniciativa en plena campaña presidencial, básicamente como una forma de mostrarle a los ciudadanos los perfiles de cada candidato. Ahora está enfocada a hacer “accountability” parlamentario, revisando información del Congreso y procesándola. ¿Qué viene después?
Vota Inteligente no es una plataforma focalizada totalmente al Congreso; al menos no está concebida así. Para lo que está concebida es tratar de reducir asimetrías de información entre ciudadano y la política en Chile. Por lo tanto, aunque estemos hoy día focalizados al Congreso, tenemos que pronto migrar hacia el Poder Ejecutivo, luego Judicial, etc.
Entonces nosotros, en realidad casi por oportunismo, lanzamos la plataforma con anterioridad a las elecciones para poder generar movimiento, que la gente conozca Vota Inteligente, para visualizar perfiles, información sobre un montón de temas, qué posiciones que tenía cada uno, si eran comparables, jugar con las redes sociales… También desarrollamos unas pocas apps para probar, pero sencillamente eso; fue una carta de presentación.
Después de la elecciones nos hemos focalizado en monitorear el accountability constantemente, porque también esta actividad cambió el paradigma de que cada cuatro años a través de elecciones se hacía un control. Se trata de vigilar qué es lo que ocurre entre elección y elección, y para eso creemos que es importante focalizarnos en el Congreso para empezar. Y desarrollamos Vota Inteligente para revisar los proyectos de ley, las posiciones políticas que tiene cada uno, examinar sus publicaciones de patrimonio, de interés, examinar si a veces esos antecedentes no son totalmente completos –de hecho más del 70% de los parlamentarios no tienen todos su antecedentes publicados sobre relaciones de interés y patrimonio–, etc. Nosotros vamos a ir mejorando cada vez más la calidad de los datos y las aplicaciones a partir de estos datos.
– Cuando hablas de ampliar el campo de control, naturalmente entiendo que se encontrará comprendido el Poder Legislativo, el Poder Judicial, Ejecutivo, en fin. ¿Tienen contemplado en Vota Inteligente también abarcar el sector privado?
Sí. Nosotros tenemos proyectado en un mediano plazo empezar con un área que por ahora hemos llamado “compra inteligente” o “consume inteligente”, donde nos podamos meter en el área del consumo ético, por ejemplo. Eso significa poder transparentar y visualizar información sobre las externalidades sociales de los productos que compramos. Hay un montón de antecedentes públicos que, aplicando la misma idea del Vota Inteligente, ya puedes aplicarlos al sector privado y clasificar bienes y servicios de acuerdo a esas externalidades sociales y fomentar un mercado más sustentable y más responsable.
Entonces ese sería el primer proyecto en que nos quisiéramos meter, pero creo que todavía nos falta un poco, tenemos que cerrar varias cosas en el ámbito más político de Vota Inteligente, empezar a cubrir al Ejecutivo antes de meternos en el terreno privado.
– ¿Qué pueden hacer las personas si quieren colaborar con Vota Inteligente?
Lo que nosotros queremos a partir de marzo es convertir Ciudadano Inteligente en un laboratorio de desarrollo de aplicaciones web para proyectos específicos. O sea, si es que hay ciudadanos o hay lectores hoy día que tienen una causa –en cualquier ámbito: privado, medioambiental– y necesitan del apoyo de herramientas tecnológicas para reducir asimetrías de información, agregar datos, armar comunidad a partir de la web, nosotros queremos como laboratorio agarrar esos proyectos, pasarlos por acá, y junto al equipo desarrollar instrumentos que permitan que ese proyecto ciudadano avance más rápido y mejor, gracias al apoyo de la tecnología. Y va a contar, ojalá, con estos otros datos como el Vota Inteligente, Criik, etc. para poder tener más antecedentes.
Al final el mensaje es que, también, nada reemplaza al ser humano. Las tecnologías pueden avanzar, nosotros podemos hacer cosas bien creativas, pero si es que no hay ciudadanos que están comprometidos a ser activos y a participar, la cosa queda ahí. Entonces nada reemplaza al ser humano, ni aún las mejores herramientas de desarrollo web, y nosotros queremos estar ahí para apoyar a esos seres humanos organizados y activos para reducir asimetrías de la información, reducir las desigualdades en el campo político y económico a partir de los datos. Pero, de nuevo, son los ciudadanos los que van a decidir si es que esta pelea se gana o si es que simplemente nos quedamos ahí con la posibilidad de acceder a datos pero sin poder darles vida.
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