las patentes amarran de manos (cc)amlambertson – Flickr
Simon Power tiene nombre de superhéroe, pero en realidad es el ministro de comercio de Nueva Zelanda. Este señor ha enviado al congreso de ese país el texto definitivo de la nueva Ley de Patentes, mediante la cual se termina la posibilidad de patentar software.
A primera vista, podría parecer que es una locura y que la industria de desarrolladores debiera oponerse, pero en realidad ocurre justo lo contrario. En la práctica, la gran mayoría de las empresas TI de aquel país apoyan la medida y opinan que las patentes los amarraban de manos, y su remoción ayudará a acelerar el florecimiento del negocio.
Sucede que el software que escriben las empresas de desarrollo e integración está intrínsecamente protegido por derechos de autor. Según quienes han estudiado el tema, el copyright ofrece de por sí suficiente protección como para que sea realmente necesario tener patentes.
En otras palabras, si trabajaste dos años para desarrollar un programa de control de flota para el transporte público, tu código es tuyo y el que lo copie pagará las penas del infierno, pero ya no se podrá patentar el concepto genérico de “software de control de flota para el transporte público” para caerle encima a cualquiera que quiera desarrollar su propia implementación.
Orion Healthcare y Jade Corporation, dos grandes empresas neozelandesas de desarrollo (entre ambas fabrican el 50% del software que se exporta de NZ) fueron dos de los grandes apoyos para empujar este proyecto de ley. Ian McCrae de Orion dijo, por ejemplo:
Vale la pena señalar que la ley, si bien termina con las patentes de software, sí permite que inventos materiales que tengan un software intrínseco pueden ser patentados como un todo y, en esos casos, la patente engloba el software. Podemos suponer que tal sería el caso de un aparato de GPS o un TiVO, pero esos dos productos ya han sido inventados, claro.
No sabemos si un cambio de este tipo en la legislación neozelandesa influye en lo más mínimo a la hora de exportar software por ejemplo a Estados Unidos. Tal vez Nueva Zelanda se convierta en un santuario donde puedas desarrollar software sin detenerte a pensar si algún patent troll te caerá encima, o tal vez sea sólo una medida que afecte a las empresas locales mientras no intenten exportar su producto.
Actualmente en la legislación europea hay un artículo que prohibe patentar software pero se interpreta distinto al planteamiento neozelandés: se refiere a que no puedes patentar el código fuente, pero sí puedes patentar el propósito o idea funcional del software. Ojalá que con el paso que está dando Nueva Zelanda los movimientos antipatentes europeos encuentren nuevos bríos para cambiar el enfoque actual.
Link: It’s official: Software will be unpatentable in NZ (NZCS News)