Mariano Sigman en un auditorio completo con 1400 asistentes (cc) flickr Photo by Jorge Gobbi
El jueves 8 de abril el auditorio del predio ferial de la Rural estaba colmado. Más de 1.400 personas habían logrado obtener una acreditación gratuita por sorteo, luego de una obligada decisión por parte de la organización a causa de los más de 5 mil formularios de inscripción que recibieron.
Cerca de 4 mil personas seguían el evento por un canal de streaming desde sus casas o desde la Facultad de Ciencias Exactas. Pero todas las expectativas fueron superadas durante el desarrollo del primer TEDx en Buenos Aires, el cual durante cerca de 12 horas permitió conocer las ideas más de 20 oradores sobre temas tan variados como la educación, la discapacidad, el universo desconocido o la urbanización de ciudades.
Es que de eso se trata el TED, de provocar una “Revolución de las ideas”, frase elegida por los organizadores para enmarcar este evento. La variedad en el público no limitaba la posibilidad de comprensión ya que todos los oradores seleccionados lograron en 18 minutos (como indican las reglas del TED orignal) dejar una semilla de curiosidad o estremecer con sus exposiciones.
Desde hace 25 años, TED es una reunión donde la vanguardia del pensamiento mundial en todos sus ámbitos, se reúne para sacar ideas de otras ideas nacidas de la experiencia personal. Así es como personajes como Bill Clinton, Steve Jobs, Bill Gates, Al Gore, Isabel Allende, entre otros han perpetuado sus charlas en videos que están entre los más vistos de internet.
El científico argentino Adrián Paenza actuó como moderador de todo el evento y preguntó al comienzo: “¿Cuánto tiempo dedicamos a las ideas?”, frase que provocó una de las primeras sacudidas del día. Por el único escenario del auditorio pasaron durante cuatro bloques los más variados oradores.
Mariano Sigman, físico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, habló del funcionamiento del cerebro y compartió conocimientos sobre el aprendizaje de personas en estado vegetativo. Luis Pescetti, comediante y cantautor habló y cantó sobre las problemáticas de “el hermanito menor que viene en camino” logrando las primeras risas. El abogado Marcos Salt planteó la necesidad de proteger los derechos y la privacidad en internet en el futuro pero conservando el espíritu de autarquía actual. La reconocida arqueóloga Constanza Ceruti (la única mujer arqueóloga de alta montaña del mundo), expuso gran parte de su trabajo y proyectó imágenes de sus viajes y descubrimientos. El actor Rafael Spregelburd cerró el primer bloque hablando del teatro y las ciencias.
Durante los siguientes bloques se destacaron las charlas del ingeniero Miguel Berchner Frey, uno de los responsables del Plan Ceibal uruguayo que mostró un video (aquí en versión completa) que dejó a más de uno al borde del llanto. El arquitecto y urbanista Jaime Lerner, quien fuera tres veces alcalde de Curitiba y uno de los máximos innovadores del mundo en urbanización de grandes ciudades, dió una divertida charla que cerró cantando un tango escrito por él mismo. La bailarina Inés Sanguinetti alentó a buscar nuevos valores ayudando a insertar a las personas marginadas por la pobreza en ámbitos artísticos, y el cierre fue con Bea Pelizzari, fundadora de la ong La Usina, que promueve la inclusión de los discapacitados.
Marcelo Moguilevsky y Axel Krygier realizaron performances musicales y se reprodujeron en video la charla de Manu Ginóbili (quien no pudo viajar por compromisos deportivos) y las charlas TED de Ken Robinson sobre la educación (el video más visto de la historia de TED con 200 millones de visitas), Elizabeth Gilbert sobre la inspiración y Juan Enríquez cuestionando la bionenergía tal como la conocemos.
A pesar de que en el TEDx Buenos Aires no hubo muchos oradores reconocidos públicamente (sólo el fiscal Luis Moreno Ocampo y el deportista Emanuel Ginóbilli podían ser reconocidos por la mayoría de los asistentes), el nivel y calidad de los oradores llevó a quienes escuchaban a pasar por todo tipo de sensaciones: alegría, desconcierto, preocupación, impotencia, tristeza o furia.
Un detalle no menor: mientras entraba al segundo bloque, con apenas 5 minutos para que comenzara y cerraran las puertas del auditorio, escuché al pasar una charla entre dos personas, donde uno de ellos le exigía al otro que a partir de ahora “no podemos retrasarnos más como en el bloque anterior”.
Basado en mi reloj biológico de café, que me llevó a averiguar a que hora abría la cafetería, noté un desfase de 2 o 3 minutos en el primer bloque lo que me hizo sentir muy cómodo respecto a una impecable organización, con un gran respecto por los participantes, rompiendo un poco el estigma de que lo que es gratis debe ser de mala calidad y generando grandes expectativas para el año próximo.
Para los que se quedaron con las ganas o este artículo los motivó a conocer TEDx, si no pueden esperar hasta el próximo año, las charlas serán subidas al sitio oficial en dos semanas y también el 10 de junio se realizará en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fé otro TEDx el cual ya tiene su inscripción abierta.