A Bill Gates lo hemos visto invertir en todo, desde tecnología hasta avances del medio ambiente. Pero pocos imaginaron que también tuvo dinero en Crocs, la fábrica de calzados de estilo sueco.
Fundada por George Boedecker Jr. en 2002, Crocs es una empresa con capital estadounidense, cuya sede central se encuentra en Broomfield, Colorado. Sus calzados se definen como los “más deliciosamente cómodos del mundo”.
“Creemos que la comodidad es la clave de la felicidad, y nuestra legendaria comodidad de Crocs hace del mundo un lugar más feliz, un par de zapatos a la vez”, escribe la empresa en su portal.
Según sus cifras, han vendido más de 300 millones pares de calzado en más de 90 países de todo el mundo. El calzado estilo sueco, denominado Clog y diseñado por Salehe Bembury, representa el 45% de las ventas de la compañía.
Para lograr tal comodidad, utilizan el material Croslite, una “revolucionaria tecnología que los hace suaves, cómodos, ligeros, no dejan marcas y no absorben olores”.
Las colaboraciones de la compañía abarcaron a empresas y figuras como Balenciaga, Carrots, Chinatown Market, Liberty London, Palace, Vivienne Tam, Christopher Kane, Takashi Murakami, Justin Bieber, Luke Combs, Jimmy Kimmel, Bad Bunny, Vivienne Tam y Post Malone, entre otros.
Así llegó Bill Gates a invertir en Crocs
Pero, ¿cómo llegó Bill Gates a Crocs? El multimillonario comenzó a comprar acciones de la empresa en el segundo trimestre de 2008 y continuó invirtiendo hasta el cuarto trimestre de ese año.
Sin embargo, no duró mucho en la compañía: vendió todas sus acciones entre el tercer y cuarto trimestre de 2009.
De acuerdo con Stockcircle, la inversión de Bill Gates en Crocs ascendió a 3 millones de acciones. El precio de compra promedio fue de 17.41 dólares por acción, para una inversión total de 52.23 millones de dólares.
Cuando el fundador de Microsoft vendió sus acciones, el precio promedio fue de 12.75 dólares por acción, para un total de 38.25 millones de dólares.
Se desconoce por qué Gates decidió invertir y luego vender su participación en Crocs. Nunca habló sobre ello. Pero quedó esa curiosa anécdota allí: cuando uno de los hombres más ricos del mundo decidió entrar en el negocio de los zapatos estilo sueco de Crocs.
