Llega el verano en el hemisferio sur y con ello, el uso de la piscina o los viajes a la playa se hacen más frecuentes. ¿El riesgo? Que tu smartphone caiga al agua. Porque sí: muchos no tienen la precaución de mantenerlo alejado de las olas. Si eres de quienes no sueltan el celular, te dejaremos recomendaciones varias. ¿Qué se debe hacer para salvar tu teléfono?
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Lo primero es no entrar en pánico, y tener bien en cuenta los pasos a seguir. ¡Evita mayores daños!
1.- Apágalo YA
Lo primero que tendrás que hacer después de que tu móvil se caiga al agua es sacarlo del agua lo antes posible: cuanto más tiempo esté sumergido, el agua penetrará más en el terminal y mayores serán los daños. Si el móvil está apagado, déjalo como está y evita la tentación de encenderlo para ver si funciona. Si no, obvio, apágalo de inmediato.
Esto es MUY importante, ya que evitarás cortocircuitos. Lamentablemente, antes el paso era “sacar la batería”. Hoy en día es prácticamente imposible encontrar un móvil que tenga batería extraíble, de modo que deberás apagarlo “a lo bruto”, usando los botones físicos.
En los móviles Android, lo normal es que se haga con una pulsación prolongada en el botón de encendido. En los últimos iPhone, dejando pulsado el botón de encendido y uno de los de volumen.
2.- Sécalo por fuera
Aunque parezca obvio, tal vez en la desesperación se te pueda olvidar. Revisa cada rincón, en especial los orificios. Sin embargo no uses calor, un secador, un horno y tampoco pongas el móvil al sol. Usa una toalla y papel absorbente para secar todos los bordes de móvil, girándolo con movimientos suaves para evitar que el líquido que está en su interior llegue a lugares a los que no había llegado con anterioridad.
¿Sirve el arroz? Sí, poner el móvil en arroz ayudará a absorber el resto de líquido que quede dentro del terminal, siempre. Pero antes de eso, ve al punto 3.
3.- Saca tu Sim y tu tarjeta de memoria (si es que tiene)
Antes de sumergirlo en arroz, extrae tu tarjeta SIM y la tarjeta de memoria. Seca la bandeja o entradas de éstas. Así podrás evitar daños en tus archivos. Mientras antes mejor.
4.- Arena de gato u otros (si no tienes arroz)
Aparte del arroz, hay otras técnicas. Puedes usar arena de gato, copos de avena o gel de sílice y en todos casos el procedimiento es el mismo: dejar el móvil sumergido y al vacío (por ejemplo, en un túper) en la sustancia que sea de tu preferencia y durante 48 horas.
Tras 48 horas de tener el móvil en arroz, gel de silicio, copos de avena o cualquier otro material similar, es un buen momento para hacer una comprobación visual tratando de detectar líquido. Gira el móvil a ver si en algún momento emana agua de alguna de las aperturas. De ser así, déjalo más tiempo en estos elementos y seca seca seca.
5.- Más complejo: si cayó en agua salada
Si el móvil se ha caído a agua salada, la situación es más complicada, pues la sal tiene un efecto de corrosión que puede acabar con conectores en cuestión de pocas horas. Aunque pueda parecer contraproducente, si el móvil cae en agua salada puede ser una buena idea usar agua del grifo para limpiar el agua salada (no te exedas). Ademas, los expertos recomiendan actuar con rapidez y limpiar los componentes electrónicos con un cepillo empapado en alcohol isopropílico.
6.- La prueba de fuego: ¿Resultó?
Cuando estés bastante seguro de que el móvil está todo lo seco que puede estar, ha llegado el momento de la verdad: encenderlo para ver si funciona. Cruza los dedos, encomiéndate al cielo.
¿Algún cortocircuito, olores o ruidos extraños? Apágalo y aléjate. Por eso, es recomendable que lo enciendas en una zona aislada en la que no haya problema en el peor de los casos.
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¿Y los grados de protección? Se miden bajo el llamado “IP”. Los smartphones de mayor calidad cuentan con IP68 y otros con IP67, si tu equipo tiene alguno de estos dos, tiene más posibilidades de sobrevivir. Sigue nuestros otros artículos sobre móviles para entender de manera más profunda esta nomenclatura.
