Allá por el lejano 2010 (hace 14 años) la moda digital se basaba en el naciente imperio de Apple con los iPhone y de los celulares (diseñados supuestamente para ejecutivos) de BlackBerry. En el medio de esta arremetida de los orígenes de los smartphones como los conocemos hoy, Microsoft intentó imponer su marca con un proyecto llamado Windows Phone.
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Tal y como se aprecia en nuestra imagen de portada, la pantalla nos muestra la apariencia del reconocido sistema operativo de PC, pero en un dispositivo celular. Su objetivo era competir con iOS y Android.
Pero lamentablemente nunca logró ganar una participación significativa del mercado y fue discontinuado en 2017. Recibió algunas actualizaciones hasta 2019, cuando definitivamente fue eliminado.
La constancia es una de las características de cualquier proyecto exitoso, pero Microsoft simplemente se rindió. El actual CEO de la compañía fundada por Bill Gates, Satya Nadella, ha confesado que eliminar esta iniciativa de Windows Phone, fue un error.
Así lo dijo él mismo en una entrevista de octubre del año pasado, con palabras en las que le da la razón a Bill Gates, cuando el magnate opinó que Windows Phone merecía seguir como proyecto activo de la empresa.
“Creo que la decisión de la que mucha gente habla, y una de las decisiones más difíciles que tomé cuando me convertí en CEO, fue nuestra salida de lo que llamaré teléfono móvil, tal como se definió entonces”, dice Nadella en referencia a su asunción como director ejecutivo, en 2014.
“En retrospectiva, creo que podría haber habido maneras en que podríamos haberlo hecho funcionar, tal vez reinventando la categoría de informática entre PC, tabletas y teléfonos”, añadió.
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Microsoft regresó a la telefonía móvil con un nuevo dispositivo que funciona con Android. Y aunque de a poco comienza a ganar terreno en este ámbito, desarrollar un nuevo sistema operativo puramente de su autoría se ve lejano.
El fracaso de Windows Phone
Hay varias razones por las que Windows Phone fracasó. Una de las principales razones fue la falta de apoyo de los desarrolladores. Android y iOS tenían una gran base de aplicaciones, mientras que Windows Phone tenía una oferta mucho más limitada. Esto hizo que fuera menos atractivo para los consumidores.
Otra razón del fracaso de Windows Phone fue su tardío lanzamiento. Android e iOS ya estaban bien establecidos cuando Windows Phone llegó al mercado. Esto hizo que fuera difícil para Microsoft ganar terreno.
Es algo de lo que se lamenta Bill Gates, quien ha dicho que uno de sus mayores fracasos como cabeza visible de Microsoft fue su derrota contra los sistemas operativos de Android.
Finalmente, Microsoft también cometió algunos errores estratégicos. Por ejemplo, la empresa compró Nokia en 2014 en un intento de impulsar su negocio móvil. Sin embargo, la adquisición fue costosa y no logró el objetivo deseado.
A pesar de su fracaso, Windows Phone dejó un legado. El sistema operativo introdujo algunas características innovadoras, como el diseño Metro y la interfaz de usuario basada en mosaicos. Estas características fueron posteriormente adoptadas por otros sistemas operativos, como Android e iOS.
