Nokia alcanzó su apogeo en la década de 2000 con una amplia gama de teléfonos móviles que se convirtieron en iconos de la industria. Uno de los modelos más destacados fue el Nokia 1100 que, lanzado en 2003, se convirtió en el teléfono más vendido del mundo con más de 250 millones de unidades. Este era un teléfono básico pero robusto, que ofrecía una duración de batería excepcional, resistencia a golpes y un diseño simple pero muy funcional, lo que lo convirtió en una opción popular, especialmente en mercados emergentes, como el latinoamericano.
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El Nokia 1100 también destacó por su accesibilidad y facilidad de uso, con funciones como linterna, recordatorio de llamadas y mensajería de texto básica, lo que lo convirtió en una opción asequible y confiable para millones de usuarios en todo el mundo. Sin embargo, este icónico modelo está nuevamente captando la atención, debido a que está siendo adquirido por ciberdelincuentes europeos a precios exorbitantes para llevar a cabo estafas.
¿Por qué se está pagando tanto por un teléfono de hace más de 20 años?
Este modelo ha ganado notoriedad recientemente debido a su capacidad para ser reprogramado y utilizado con fines maliciosos. A pesar de su antigüedad y su funcionalidad limitada, el Nokia 1100 ha captado la atención de los criminales por su capacidad para interceptar contraseñas de un solo uso, especialmente aquellas utilizadas para realizar transferencias bancarias o pagos en línea.
Los informes indican que bandas rusas, marroquíes y rumanas han sido detenidas en Europa por utilizar el Nokia 1100 en sus actividades delictivas. Se ha observado que en el mercado negro, estos teléfonos pueden alcanzar precios de hasta 25.000 euros, a pesar de que originalmente se vendían por menos de 100 euros.
Una investigación realizada por Ultrascan Advance Global Investigations (UAGI) reveló que el Nokia 1100 puede ser reprogramado para recibir mensajes de texto en nombre de otra persona, lo que los delincuentes utilizan para llevar a cabo transacciones en línea utilizando el Número de Autenticación de Transacción móvil (mTAN).
Ante estas acusaciones, Nokia ha defendido su producto, asegurando que no hay problemas de software que permitan la suplantación de identidad de los usuarios. Además, han señalado que la tarjeta SIM tiene mecanismos de seguridad separados del propio dispositivo.
Por ahora, un icóno de la telefonía móvil está en el centro de una polémica debido a su uso indebido por parte de ciberdelincuentes, quienes han encontrado en este dispositivo una herramienta útil para cometer fraudes en línea.