En medio de un momento de tensión entre China y Estados Unidos y justo cuando el gigante de Norteamérica tiene varios ojos puestos sobre TikTok, ByteDance, la compañía matriz de la red social, admitió que algunos de sus empleados accedieron indebidamente a datos de usuarios estadounidenses y de dos periodistas.
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Algunos de estos trabajadores de ByteDance estaban en China mientras espiaban a los internautas de Estados Unidos y los dos reporteros. De acuerdo con el informe de The New York Times citado en el sitio web de Computer Hoy, estos accesos indebidos se dieron tras una investigación para intentar descubrir el origen de una filtración.
Shou Chew, consejero delegado de TikTok, habría admitido el caso de espionaje en un memo enviado a los empleados al que tuvo acceso Bloomberg.
ByteDance estaba investigando internamente desde enero de este año una acusación que aseguraba que la empresa planeaba utilizar la aplicación TikTok para rastrear la ubicación de determinados usuarios estadounidenses.
¿Qué encontró ByteDance?
La investigación de ByteDance encontró que cuatro empleados accedieron a direcciones de identificación y otros datos personales de un par de reporteros de BuzzFeed News y Financial Times y de un número desconocido de usuarios estadounidenses con los que estaban en contacto.
BuzzFeed fue el que publicó el informe que citaba audios filtrados de reuniones de TikTok en las que confirmaban que, repetidamente, miembros de la empresa accedieron a datos de usuarios en EEUU durante cinco meses, exactamente entre septiembre de 2021 y enero de 2022.
El portavoz de TikTok explicó al The New York Times en un correo: “La mala conducta de ciertos individuos, que ya no están empleados en ByteDance, fue un abuso atroz de su autoridad para obtener acceso a los datos de los usuarios”.
Según el citado medio, ByteDance despidió los cuatro trabajadores que accedieron a los datos de los usuarios de Estados Unidos. La compañía reestructuró su equipo de auditoría interna y eliminó el acceso del departamento a los datos estadounidenses, pero los ejecutivos temen que el daño ya esté hecho.