Nombres como los de Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos o hasta Elon Musk están asociados a elevados niveles de intelectualidad. Sí, son multimillonarios que se ubican en lo más alto de la pirámide del dinero, pero llegaron a ese lugar por contar con una capacidad de inteligencia y disciplina, que se ubica por encima de la media.
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Si bien hay seres que nacen con esas habilidades impregnadas en su ADN, las mismas se pueden construir. Cualquier persona, si se lo propone, puede salir de la zona de confort en la que se encuentra y crecer profesional y económicamente.
Es por eso que señalamos estos hábitos comunes en una persona altamente intelectual, para que identifiques si tienes algunos, todos o ninguno. Quizás, es momento de ponerlos en práctica y ver cuáles son los resultados.
Hábitos o costumbres de un intelectual
El primero de los hábitos es la obsesión, que claramente era una de las principales características de Steve Jobs y Mark Zuckerberg. El sitio Applesfera recuerda una vez que el genio detrás de Apple hizo que se cambiara por completo la arquitectura del iPod porque los botones no hacían el sonido de clic que él quería.
Algunos lo podrán tachar de lunático y obsesivo, pero esa perseverancia llevó a que los iPod fuesen el producto más popular del gigante de Cupertino en ese entonces.
Hablan solos. Otra de las características por las que muchos te podrían considerar loco. Pero la realidad de hablar con uno mismo, en voz alta, señala un alto nivel de atención a las tareas que estás realizando. El foco es tan intenso y estás tan metido en lo que haces que al hablar solo encuentres respuestas más efectivas a las soluciones que estás buscando.
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Trabajar aislados. Si bien el trabajo en equipo es importante, quienes tienen una inteligencia superior trabajan de manera más óptima (en las tareas individuales) cuando están solos.
Se comen las uñas. Podría considerarse como señal de ansiedad o nerviosismo. Sin embargo, un informe de Psychology Today relaciona esta acción con el perfeccionismo, una característica que la profesora Sylvia Sastre-Riba considera fundamental para la excelencia en personas muy inteligentes. Es como si nuestro cerebro necesitara esa pequeña distracción para mantener el foco, detalló el medio antes citado.
