Un pequeño negocio de repostería en San José, California; llamado The Giving Pies, se volvió conocido poe una controversia luego de que Tesla cancelara un pedido de 4,000 minipasteles en el último momento. La dueña del establecimiento, denunció que había destinado todos sus recursos para cumplir con la solicitud, por lo que la cancelación significó un golpe financiero considerable.
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La historia, difundida por el periódico The Guardian, generó indignación entre los usuarios y fue tan viral que llegó hasta Elon Musk, quien respondió comprometiéndose a solucionar el problema. “Me acabo de enterar de esto. Haré que todo vaya bien con la panadería”, escribió el magnate en su cuenta de X.
Todo comenzó el 14 de febrero de 2024, cuando Tesla encargó 2,000 minipasteles a la panadería, un pedido valorado en 6,000 dólares. Según Voahangy Rasetarinera, propietaria del negocio, la representante de Tesla aseguró que el presupuesto había sido aprobado y que no habría inconvenientes con el pago. Poco después, la misma persona solicitó duplicar el pedido, asegurando que el dinero “no sería un problema”.
Sin embargo, tras recibir la nueva factura, la empresa nunca efectuó el pago y terminó cancelando la orden. “Dijeron que lo sentían, que había sido un malentendido y que la persona con la que hablé no tenía autoridad para comprometerse a pagar”, explicó Rasetarinera en su publicación. La cancelación dejó a la panadería en una difícil situación, con una gran cantidad de producto sin vender y dificultades para pagar a su personal.
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El caso se viralizó rápidamente y fue retomado por medios locales como KTVU. La presión en redes llevó a Musk a intervenir casi diez días después del incidente, asegurando que Tesla haría lo necesario para resarcir el daño. “La gente debería poder contar siempre con que Tesla se esfuerza al máximo”, escribió el empresario.
Tres días después del pronunciamiento de Musk, Rasetarinera confirmó a The New York Post que Tesla había realizado un pago de 2,000 dólares para cubrir los costos de los ingredientes adquiridos para el pedido cancelado. En declaraciones a ABC News, la repostera destacó la diferencia de impacto económico entre una empresa de ese tamaño y su pequeño negocio: “Para una gran corporación, 2,000 dólares son dinero de bolsillo, pero para nosotros, es mucho”