Durante su liderazgo en Apple, Steve Jobs no solo revolucionó la industria tecnológica, sino que también dejó una marca indeleble en la cultura corporativa de la empresa. Testimonios de ex empleados, como el del ingeniero David Black, revelan que las interacciones cotidianas, como el momento de comer, se convertían en verdaderas pruebas de fuego. Lejos de ser momentos de relajación, estos encuentros eran oportunidades para Jobs de evaluar el desempeño y la aptitud de su equipo.
PUBLICIDAD
También te puede interesar: [¿The Giving Pledge? Iniciativa de multimillonarios como Steve Jobs o Bill Gates para dejar sin herencia a sus hijos]
La figura de Steve Jobs se caracterizó por su implacable búsqueda de la perfección. Su obsesión por el detalle y su exigencia sin límites son aspectos ampliamente conocidos. Sin embargo, su particular forma de interactuar con los empleados, especialmente durante los almuerzos, sigue generando debate. Lo que para muchos sería un momento de distensión, para los trabajadores de Apple era una fuente de tensión constante.
David Black describe a la hora de la comida con Jobs como una experiencia cargada de presión. “Nadie quería sentarse a la mesa con él”, afirma. Una simple pregunta sobre el trabajo del día podía desencadenar una evaluación exhaustiva, donde la calidad de la respuesta definía la percepción del empleado y su futuro en la empresa.
Las aparentemente inocentes preguntas de Jobs, como “¿En qué estás trabajando hoy?”, se transformaban en interrogatorios que ponían a prueba la capacidad de los empleados para articular sus ideas y demostrar su valía. Jobs utilizaba estas interacciones para asegurarse de que su equipo estuviera a la altura de sus estándares.
Jobs buscaba rodearse de los mejores talentos, los “A-Players”, convencido de que solo ellos podían mantener la calidad y la innovación en Apple. Su filosofía era clara: “los A contratan A, los B contratan C”. Cada interacción, incluso las casuales, era una oportunidad para evaluar si un empleado cumplía con este estándar de excelencia.
También te puede interesar: [Fuentes cercanas a Apple revelan que las nuevas funciones de Siri se postergan hasta la llegada de iOS 18.5]
La presión no se limitaba a la hora de comer. Incluso un encuentro fortuito en el ascensor podía convertirse en una prueba inesperada. La necesidad de responder con rapidez y precisión generaba un ambiente de ansiedad constante. Para muchos empleados, la simple presencia de Jobs era suficiente para generar nerviosismo, reflejo de su liderazgo exigente y su constante evaluación.