Si alguna vez te has quedado despierto a las 2 a.m. pensando en una conversación vergonzosa de hace cinco años, felicidades: eres humano. Pero antes de que decidas vender todas tus pertenencias e irte a vivir al bosque solo porque dijiste “igualmente” en vez de “igualmente, gracias”, respira.
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Resulta que nuestro cerebro no procesa los problemas igual a lo largo del día, y hay momentos en los que somos auténticas máquinas de tomar decisiones sensatas y otros en los que, bueno... mejor no confiar en nada de lo que pensamos.
Así que, si sientes que todo se va al carajo por la noche, probablemente solo necesites dormir.
Mañanas: El Momento en Que Todavía No Odiamos la Vida
Un estudio del University College de Londres con más de 49,000 personas descubrió algo curioso: en las mañanas, la gente suele estar más feliz, optimista y menos propensa a tomar decisiones cuestionables. O sea, no es casualidad que tu abuelita siempre dijera: “duérmete y mañana lo ves con más calma”.
En las mañanas, nuestro cerebro está fresco, descansado y con más energía para lidiar con situaciones difíciles sin dramatizar demasiado.
¿Cuándo Enfrentar Problemas (Y Cuándo Es Mejor Huir)?
- Mañana (10 a.m. – 12 p.m.): Este es tu mejor momento. Estás despierto, con el café haciendo efecto y sin la carga emocional del día encima. Si necesitas tomar decisiones importantes, aclarar malentendidos o hablar con alguien sin que termine en guerra, hazlo ahora.
- Tarde (3 p.m. – 5 p.m.): Aquí ya estás un poco más cansado, pero también más relajado. No es el mejor momento para una conversación difícil, pero sí para reflexionar, escribir en un diario o hacer una lista de soluciones sin que el estrés te consuma.
- Noche (después de las 9 p.m.): A esta hora, el cerebro está en modo “vamos a hacer todo más trágico de lo que realmente es”. Es cuando los problemas parecen imposibles de resolver, cuando recuerdas todas tus vergüenzas pasadas y cuando cualquier mensaje de “tenemos que hablar” se siente como el fin del mundo.
Si algo te preocupa en la noche, mejor anótalo, ponte una serie tonta y duerme. Al día siguiente, te darás cuenta de que no era tan grave.
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¿Pero Y Si Soy Un Búho Nocturno?
Si tu cerebro solo arranca después de la cena y te sientes más lúcido de madrugada, sigue tu ritmo. Cada persona tiene su horario de funcionamiento óptimo, y la clave está en identificar cuándo eres más racional y cuándo eres básicamente un personaje de telenovela en crisis.
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En resumen: enfrenta problemas cuando tu cerebro esté en su mejor versión, no cuando parezca un guionista de drama exagerado. Y si dudas, sigue el consejo universal de la vida: duérmete y mañana hablamos.