En un mundo donde los teléfonos parecen competir en un campeonato de “¿Quién es más ladrillo?”, hay un grupo de valientes que sigue esperando un teléfono compacto pero potente.
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Entre ellos, Eric Migicovsky, el creador de Pebble, que en 2022 dijo: “Basta de teléfonos gigantes, voy a hacer mi propio Android Mini, con casinos y mujeres de mala vida”... bueno, quizás no exactamente así, pero la idea era clara: un Android premium del tamaño del iPhone 13 Mini.
El problema es que ese sueño parece estar desmoronándose más rápido que una partida de Jenga mal jugada.
¿Qué pasó con el “Small Android Phone”?
El plan original era sencillo: crear un teléfono compacto, con gran cámara, menos de seis pulgadas y Android puro. De hecho, hasta se creó la marca Beep para venderlo. Pero en una reciente entrevista con The Verge, Migicovsky dejó caer la bomba:
- “No esperen mi teléfono en los próximos 18 meses”.
- “No es una prioridad para mí”.
- “Espero que alguien más lo haga para no tener que hacerlo yo”.
Traducción: “Olvídense, chicos, este tren no va a llegar a la estación”.
Si esto fuera un grupo de WhatsApp, la gente ya estaría mandando stickers de “f en el chat” por la muerte de este sueño.
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¿Alguien más tomará la posta?
Lo curioso es que Migicovsky básicamente espera que otra empresa le robe la idea y haga el teléfono por él. Algo así como decir “Tengo una gran idea para un restaurante, pero ojalá alguien lo abra porque me da pereza cocinar”.
Mientras tanto, en lugar de revolucionar el mercado de los teléfonos, ha decidido revivir los relojes inteligentes Pebble, apostando por la simplicidad y una batería que dure más que un lunes sin café.
Conclusión: Más vale que sigas buscando
Si estabas esperando un Android Mini que no fuera una patata con botones, lo mejor es que te sientes, te relajes y busques otra opción, porque este proyecto parece más muerto que tu Tamagotchi en 1998.
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A menos que alguna otra empresa se anime a recoger el guante, el Small Android Phone seguirá siendo como los unicornios: todos queremos creer que existen, pero jamás los veremos en la vida real.
