OpenAI ha decidido que los burócratas también merecen su propio chatbot de inteligencia artificial, así que ha presentado ChatGPT ‘Gov’, una versión exclusiva de su modelo de IA diseñada para agencias del gobierno de EE.UU.
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A diferencia de la versión que usan los simples mortales, esta versión especial puede manejar información confidencial y no pública, operando en plataformas de computación en la nube altamente seguras y alojadas internamente. ¿El objetivo? Permitir que los empleados gubernamentales aprovechen la IA sin que los cibercriminales (o rivales geopolíticos) metan las narices en sus datos.
¿Qué puede hacer ChatGPT ‘Gov’?
Además de escribir correos electrónicos, resumir documentos y responder preguntas, esta versión de ChatGPT permitirá a los trabajadores del gobierno:
- Crear y compartir modelos GPT personalizados para tareas específicas.
- Acceder a una consola de administración para equipos de TI y CIO (porque siempre hay alguien que necesita controlar todo).
- Operar en entornos ultra seguros, alojados en Microsoft Azure Government o la nube interna de Azure.
Piénsalo como un ChatGPT con traje y corbata, diseñado para cumplir con estrictos protocolos de seguridad, en lugar de responder preguntas triviales como “¿Quién ganaría en una pelea entre Batman y Superman?”.
El gobierno ya estaba enganchado a ChatGPT
Según OpenAI, más de 90,000 empleados de agencias federales, estatales y locales han estado usando ChatGPT en su trabajo diario desde 2024. Lo han empleado para:
🔹 Entrenamiento en IA (porque hasta los funcionarios necesitan aprender).🔹 Tareas de codificación básica (sí, aunque no lo creas, algunos programan).🔹 Traducciones de documentos (ideal para tratar con aliados y “amigos” internacionales).
Lo interesante es que, visualmente, ChatGPT ‘Gov’ se parece mucho a la versión empresarial de ChatGPT. Pero la gran diferencia es que ahora está encerrado en una bóveda digital de alta seguridad, lo que significa que sus respuestas no acabarán filtradas en internet… en teoría.
Trump, Microsoft y el futuro de la IA
Por supuesto, una movida de este calibre requiere el visto bueno de la burocracia estadounidense. Actualmente, ChatGPT Enterprise está siendo evaluado por el Programa Federal de Gestión de Riesgos y Autorizaciones (FedRAMP), porque no se puede confiar información clasificada a una IA sin que antes pasen unos cuantos años de papeleo.
El CPO de OpenAI, Kevin Weil, mencionó que la administración Trump está interesada en acelerar el proceso para eliminar trabas burocráticas y permitir que la IA optimice el trabajo del gobierno.
Y, como dato curioso, el CEO de OpenAI, Sam Altman, donó un millón de dólares al fondo de inauguración de Trump, junto con Microsoft, que es el principal proveedor de infraestructura tecnológica del gobierno.
IA con credencial de funcionario en mano
Con ChatGPT ‘Gov’, OpenAI quiere que la inteligencia artificial se convierta en el mejor asistente de oficina del gobierno estadounidense. Si todo sale bien, los empleados públicos podrán hacer su trabajo más rápido y eficiente.
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Pero claro, esto también plantea la gran pregunta: ¿qué pasará cuando una IA tenga que lidiar con la burocracia más complicada del mundo? Tal vez ni siquiera un modelo de inteligencia artificial de última generación esté listo para esa misión.