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¿Un gesto a Trump? Google Maps cambiará el nombre del Golfo de México

Google se sumó a la polémica que está levantando el actual presidente de Estados Unidos.

Florida llama Golfo de América al Golfo de México en documento oficial; polémica en redes
- ¿Un gesto a Trump? Google Maps cambiará el nombre del Golfo de México

El mundo ya no solo es testigo de disputas políticas y diplomáticas en los salones de gobierno, ahora también las cartografías digitales entran en el juego. En una movida que podría hacer a cualquier profesor de historia y geografía gritarle a un mapa, Google ha anunciado que cambiará el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” en su plataforma Maps, pero (por ahora) solo para los usuarios de Estados Unidos.

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Este cambio, que no fue solicitado por ningún cartógrafo nostálgico, sino que es parte de una de las 42 órdenes ejecutivas firmadas recientemente por el expresidente Donald Trump, se alinea con su proyecto de revisión de la toponimia estadounidense. ¿El objetivo? Quizá “americanizar” hasta las masas de agua compartidas.

Un rincón con más de 400 años de historia... ¿renombrado?

El Golfo de México no es cualquier charquito. Es una cuenca oceánica de más de 564,000 kilómetros cuadrados que conecta al Mar Caribe y el Océano Atlántico, bañando las costas de México, Estados Unidos y Cuba. Su nombre lleva más de cuatro siglos en los mapas, usado por exploradores y cartógrafos desde los tiempos en que la tinta se derramaba con pluma de ganso.

Pero claro, ¿qué importan 400 años de historia frente a una orden presidencial? Para que este cambio tenga lugar, se necesita pasar por el Sistema de Información de Nombres Geográficos (GNIS) de Estados Unidos, una burocracia geográfica que asegura que no cualquiera puede salir renombrando montañas o océanos como si fueran su perro.

¿Por qué este cambio? ¿Y por qué ahora?

La decisión del expresidente Trump de rebautizar el Golfo de México como “Golfo de América” no está aislada. Es parte de una serie de cambios toponímicos impulsados por su administración. Otro ejemplo es el regreso del nombre Monte McKinley al pico más alto de Norteamérica, después de que Obama lo había renombrado Denali, en honor a las comunidades nativas de Alaska.

El Golfo de México es un símbolo histórico, no solo para México sino para el continente entero. Sin embargo, para Trump, quizás renombrarlo sea un gesto patriótico (o uno más de sus “grandes negocios”).

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Google Maps: atrapado en el fuego cruzado

Con más de dos mil millones de usuarios al mes, Google Maps no es solo una app, es prácticamente un oráculo moderno. ¿Qué hace la big tech cuando un gobierno decide cambiar un nombre tan histórico y simbólico? Adaptarse o morir, aparentemente.

Para manejar este cambio, Google aplicará su ya conocida estrategia de “política de nombres múltiples”, usada en regiones con disputas geográficas. Por ejemplo:

  • El Golfo entre Arabia Saudita e Irán aparece como “Golfo Pérsico (Golfo Arábigo)” en el resto del mundo, pero solo como “Golfo Arábigo” para los usuarios árabes.
  • El Mar de Japón, llamado “Mar del Este” en Corea del Sur, aparece con ambos nombres dependiendo del país desde donde accedas al mapa.

Siguiendo este modelo, Google Maps mostrará “Gulf of America” únicamente a los usuarios estadounidenses. Para los mexicanos (y prácticamente el resto del mundo), seguirá siendo el eterno “Golfo de México”.

¿Un cambio simbólico o un problema real?

Este tipo de decisiones tiene repercusiones que van más allá de un simple nombre. Algunos expertos han señalado que estos cambios en la toponimia pueden generar tensiones diplomáticas. El Golfo de México es una región compartida por tres naciones y un nombre tan arraigado no es solo un término geográfico, sino un símbolo cultural e histórico.

Para los críticos, este cambio es otra muestra de cómo las grandes tecnologías pueden ser moldeadas por decisiones políticas. Para los defensores, es una forma de reforzar la identidad nacional (aunque implique reescribir la historia un poco).

Conclusión: mapas que cuentan historias (y políticas)

Mientras algunos ya bromean con que en el futuro tendremos un “Océano Trump” o un “Río MAGA”, la realidad es que el cambio de nombre del Golfo de México podría ser un experimento geográfico-político más que un cambio duradero.

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Los fanáticos de la historia probablemente lo llamarán siempre “Golfo de México”, mientras que otros simplemente se ajustarán a lo que diga Google Maps. Y si algo es seguro, es que el Golfo de México/America seguirá siendo ese vasto cuerpo de agua donde los pescadores, turistas y piratas modernos navegan... independientemente del nombre que le pongan.

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