Sam Altman, CEO de OpenAI, ha tenido que echar un balde de agua fría a sus seguidores. El creador de ChatGPT ha pedido moderar las expectativas desbordadas sobre su próxima superIA, reconociendo que la innovación requiere tiempo y paciencia.
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Esta situación no es nueva en el mundo de la tecnología. Apple, con su cofundador Steve Jobs a la cabeza, ya enfrentó este desafío. Los fanáticos de la manzana mordida suelen tener expectativas muy altas con cada nuevo lanzamiento, a menudo criticando incluso los productos más innovadores.
Tanto Altman como Tim Cook, CEO de Apple, se enfrentan al mismo dilema: cómo gestionar las expectativas de una comunidad de seguidores apasionados sin comprometer la calidad de sus productos. Ambos han optado por comunicar claramente que la innovación es un proceso gradual y que no siempre se ajusta a los calendarios de los fanáticos.
De hecho en una reciente entrevista en el podcast de Joe Rogan, el mismo Mark Zuckerberg, CEO de Meta, ha criticado recientemente a Apple por falta de innovación, pero la realidad muestra lo contrario. Apple Watch, AirPods y el reciente Vision Pro son ejemplos claros de cómo la compañía sigue innovando, aunque a su propio ritmo.
La superIA de OpenAI, aún en desarrollo, promete revolucionar la forma en que interactuamos con la tecnología. Sin embargo, Altman advierte que esta herramienta será un recurso limitado y que su desarrollo llevará tiempo.
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Tanto Apple como OpenAI están aprendiendo que la innovación no es una carrera de velocidad, sino una maratón. La paciencia y el enfoque en la calidad son fundamentales para crear productos que realmente marquen la diferencia.
El caso de Apple Watch es un ejemplo claro de esto. Inicialmente criticado por su precio y funcionalidades limitadas, hoy en día es uno de los relojes inteligentes más vendidos del mundo. Lo mismo sucedió con los AirPods, que pasaron de ser considerados un capricho a un estándar de la industria.