La amenaza de los gigantes chinos sigue pisándole los talones a Elon Musk. Build Your Dreams —o simplemente BYD, como todos la conocemos— está rápidamente alcanzando y, en algunos casos, superando los logros de Tesla. Según The Washington Post, BYD logró un hito histórico el año pasado al fabricar más autos eléctricos que Tesla por primera vez en su historia.
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Sí, la diferencia fue mínima: 1.78 millones de vehículos producidos por BYD frente a los 1.77 millones de Tesla. Pero no deja de ser un golpe simbólico que demuestra que las alternativas chinas más accesibles están ganando terreno en mercados emergentes de todo el mundo.
Mientras Tesla sigue enfocado en la gama alta y los fanáticos de sus innovaciones futuristas, BYD ha sabido encontrar un punto dulce: fabricar autos eléctricos funcionales, asequibles y eficientes para un mercado hambriento de opciones económicas. Por ejemplo, el diminuto BYD Seagull, que arrasa con su precio competitivo, aplasta al Tesla Model 3 en costo, con una diferencia de casi $30,000 dólares (ouch).
Y si hablamos del BYD Sealion, su SUV grande, cuesta aproximadamente $26,000 en China, casi la mitad del precio del Model Y de Tesla.
¿Estados Unidos, fuera de juego?
Claro, la administración Biden no se lo está poniendo fácil a los fabricantes chinos. Entre aranceles altísimos y planes para prohibir vehículos que contengan tecnología conectada de origen chino, parece poco probable que BYD logre plantarse con fuerza en el mercado estadounidense. Pero, mientras Estados Unidos pone trabas, BYD mira hacia otros horizontes: Sudeste Asiático, Medio Oriente y Sudamérica están resultando terrenos fértiles para su expansión.
En palabras de Gernot Wagner, economista climático de la Escuela de Negocios de Columbia, “No hay un solo automóvil totalmente eléctrico fabricado en Estados Unidos que pueda competir con uno fabricado en China en un mercado en desarrollo”. A largo plazo, esto podría ser un problema serio para América del Norte, que corre el riesgo de perder su estatus como líder mundial en la fabricación automotriz.
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¿Quién dijo que los autos chinos eran mediocres?
Hubo un tiempo en que los autos chinos eran sinónimo de baratos, básicos y de dudosa calidad. Pero esa percepción ha cambiado, y BYD está a la cabeza de esta revolución. Los expertos y consumidores aplauden la calidad de sus últimos modelos, alabando no solo sus precios razonables, sino también su tecnología funcional y sus generosos niveles de equipamiento.
Ah, y no olvidemos la autonomía de sus baterías, que superan por mucho a competidores mucho más costosos.
Mientras tanto, Tesla no está teniendo sus mejores días en términos de calidad. Los constantes problemas de construcción han afectado incluso al famoso Cybertruck, que ha sido víctima de múltiples retiros y quejas en foros de clientes. Si bien Tesla sigue siendo un referente en el mercado de los vehículos eléctricos, la tecnología de baterías de sus competidores chinos parece estar dejándola atrás.
Por ejemplo, el Model Y “Juniper” recientemente actualizado ofrece solo 10 millas adicionales de autonomía, mientras que MG, otro competidor chino, promete un modelo con baterías de estado sólido y una autonomía de más de 600 millas. Sí, 600.
¿Y qué pasa con las marcas norteamericanas?
Aquí está el verdadero problema: Ford y GM parecen estar retrocediendo, enfocándose nuevamente en híbridos o incluso en vehículos a gasolina, mientras que el resto del mundo avanza hacia una adopción masiva de vehículos eléctricos. Es como si estuvieran viendo pasar la carrera desde las gradas, en lugar de participar en ella.
Todo esto mientras el gobierno estadounidense trata de proteger su industria automotriz con políticas comerciales que buscan nivelar el campo de juego. Sin embargo, las grandes marcas norteamericanas parecen estar perdiendo impulso y corren el riesgo de quedarse sin mucho que ofrecer en un mundo que, cada vez más, deja atrás los combustibles fósiles.
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