La espera por la “próxima generación de CarPlay” se está alargando más de lo que cualquiera imaginaba. Apple anunció esta revolucionaria actualización en 2022 y sigue prometiendo, al menos en su página web, que llegará en 2024.
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Sin embargo, con el año a punto de cerrar, esa promesa parece más un espejismo que una realidad. Así que... ¿qué está pasando con CarPlay?
Pequeños avances, grandes silencios
Hasta ahora, las únicas señales de vida de esta supuesta nueva generación de CarPlay han sido cambios menores, como la capacidad de mostrar las indicaciones de mapas de CarPlay en los paneles de instrumentos de algunos fabricantes, como Polestar, Porsche y Lincoln.
Aunque esto suena interesante, está lejos de ser la experiencia “totalmente integrada” y revolucionaria que Apple anunció con bombos y platillos.
Incluso en coches que parecen hechos a medida para esta gran actualización, como el Lincoln Nautilus 2024, que cuenta con una pantalla envolvente que grita “¡dame el nuevo CarPlay!”, seguimos viendo la versión básica del software.
Y los fabricantes que originalmente prometieron ser los primeros en adoptar esta evolución, como Porsche y Aston Martin, ahora están jugando al despiste: cuando Wired les preguntó sobre un cronograma de lanzamiento, ambos simplemente sonrieron y dijeron: “Sin comentarios”.
Los fabricantes de automóviles se lo piensan dos veces
No solo es que el nuevo CarPlay esté tardando; también parece estar encontrando resistencia activa. Algunos de los fabricantes que Apple mencionó inicialmente como socios parecen haber cambiado de idea, o al menos, están evitando comprometerse por completo.
Por ejemplo, Mercedes-Benz ha sido claro en su postura. Su CEO, Ola Källenius, declaró en abril que Apple no se hará cargo de todas las pantallas de sus coches, dejando claro que la automotriz alemana no está dispuesta a ceder tanto control.
Y hablando de control, empresas como General Motors y Rivian han decidido cortar por lo sano y evitar no solo el nuevo CarPlay, sino también Android Auto.
Para GM, esta decisión ha provocado un aluvión de críticas, pero su mensaje es claro: quieren controlar completamente la experiencia tecnológica dentro de sus vehículos, en lugar de dejarla en manos de gigantes tecnológicos como Apple o Google.
El enigma de la estrategia de Apple
A pesar de todo esto, Apple sigue insistiendo en que sus planes para CarPlay van viento en popa... aunque sin dar detalles concretos.
Desde su presentación inicial, donde aseguraron que la nueva generación de CarPlay sería el alma del coche, capaz de gestionar todo, desde la música hasta la climatización, las noticias han sido escasas y las implementaciones inexistentes.
Quizás el problema radique en que los fabricantes de automóviles están cada vez más interesados en desarrollar sus propias soluciones de software. Después de todo, si algo hemos aprendido del mundo de la tecnología automotriz en los últimos años, es que controlar el ecosistema digital de un coche es tan importante como controlar su motor.
Dejar que Apple o Google se apropien de toda la experiencia dentro del vehículo podría ser un arma de doble filo para estos fabricantes.
¿El futuro de CarPlay está en el aire?
Con el panorama actual, es difícil decir si la próxima generación de CarPlay llegará a los coches en algún momento próximo, o si quedará como otro de esos anuncios de Apple que se disuelven en la nada.
Quizás logremos verlo debutar en 2024, como la compañía sigue prometiendo, pero la falta de entusiasmo de los fabricantes de automóviles plantea una gran pregunta: ¿quién, además de Apple, realmente quiere esta nueva versión?
Por ahora, el futuro del nuevo CarPlay parece tan incierto como su lanzamiento. Quizás termine siendo uno de esos proyectos que, pese a tener grandes ambiciones, no logra despegar debido a intereses enfrentados.
O tal vez Apple nos sorprenda a todos con un lanzamiento explosivo... aunque, a este ritmo, parece que primero tendremos que acostumbrarnos a escuchar: “Por favor, manténgase atento”.
