La era del liderazgo empresarial autoritario, ejemplificado por figuras como Steve Jobs, quien no dudada en despedir a quien no le aportara a su empresa sin importar quien fuera o que pueso tuviera, parece estar llegando a su fin. Un nuevo estudio de Intelligent.com revela un giro de 180° en las dinámicas laborales entre generaciones.
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Uno de cada cinco directivos considera abandonar su puesto debido a las dificultades para gestionar a los jóvenes talentos. La brecha generacional se ha convertido en un abismo insalvable, con los millennials y la Generación Z exigiendo un nuevo tipo de liderazgo, más flexible, empático y centrado en el bienestar de los empleados.
Los datos son contundentes: la mayoría de los directivos se sienten frustrados, estresados y decepcionados al intentar gestionar a esta nueva generación. Los jóvenes trabajadores, acostumbrados a un entorno digital y a una comunicación instantánea, buscan un trabajo con sentido, flexibilidad y un equilibrio vida-laboral que choca frontalmente con los modelos de gestión más tradicionales.
“Estamos ante un choque cultural sin precedentes”, afirma Huy Nguyen, consultor principal en Intelligent.com. Mientras los directivos esperan dedicación y compromiso incondicional, la Generación Z prioriza la salud mental, el feedback constante y la alineación de los valores personales con los de la empresa.
De acuerdo al estudio, la pandemia ha acelerado este cambio generacional, obligando a las empresas a adaptarse a nuevas formas de trabajo y a repensar sus estructuras organizativas. Los jóvenes talentos, nativos digitales, ven el trabajo como una parte más de su vida y no están dispuestos a sacrificar su bienestar por el éxito profesional.