Ah, los relojes inteligentes: esos pequeños compañeros tecnológicos que nos acompañan en cada paso, literalmente. Pero aquí viene el giro inesperado: resulta que las correas de muchas marcas populares están cargadas de PFAS, esas notorias “sustancias químicas para siempre” que, además de ser increíblemente difíciles de descomponer, son pésimas para tu salud. Genial, ¿no? Justo lo que necesitábamos de un accesorio diseñado para ayudarnos a mantenernos en forma.
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¿Qué son los PFAS y por qué son un problema?
Para quienes no están al día con la jerga química: los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) son un grupo de sustancias sintéticas que se usan en todo, desde utensilios de cocina antiadherentes hasta ropa resistente al agua. Básicamente, son esas cosas que hacen que algunos productos sean casi mágicos en su funcionalidad... hasta que te das cuenta de que no se descomponen fácilmente en el medio ambiente.
El problema es que estos compuestos se acumulan en nuestros cuerpos con el tiempo y están relacionados con un montón de problemas de salud: riesgo de cáncer, alteraciones hormonales, sistemas inmunitarios debilitados e incluso retrasos en el desarrollo infantil. No exactamente la compañía que quieres llevar puesta todo el día, ¿verdad?
¿Qué pasa con las correas de los relojes inteligentes?
Un estudio reciente publicado en Environmental Science & Technology Letters puso el foco en las correas de relojes inteligentes hechas de fluoroelastómeros (un material famoso por ser resistente al agua y al sudor). ¿El hallazgo? Estas correas contienen niveles alarmantemente altos de ácido perfluorohexanoico (PFHxA), uno de esos famosos “químicos para siempre”.
Lo interesante (y preocupante) es que los investigadores no estaban buscando PFAS en las correas, al menos al principio. Según Graham F. Peaslee, físico de la Universidad de Notre Dame y autor principal del estudio, la investigación empezó después de ver un anuncio a página completa sobre una correa de fluoroelastómero.
“Fue la primera vez que encontramos un solo PFAS en concentraciones tan altas, mucho más altas que las que normalmente hallamos en productos de consumo”, dijo Peaslee.
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Y si eso no te alarma, espera a esto: estas sustancias químicas pueden transferirse a tu piel mientras usas el reloj, especialmente si estás sudando o tienes los poros abiertos después de un entrenamiento. Así que sí, esa correa súper deportiva que promete durar para siempre... bueno, también trae consigo sustancias que no se van a ningún lado, ni de tu cuerpo ni del planeta.
¿Qué marcas están involucradas?
Algunas de las grandes marcas como Apple, Huawei, Samsung y Google están en la lista de fabricantes que ofrecen correas de fluoroelastómero. La razón: este material es perfecto para usuarios que buscan resistencia al agua y durabilidad. Pero el problema ahora es evidente: las correas pueden estar filtrando estos químicos tóxicos directamente en tu piel. ¿Preocupante? Definitivamente.
¿Qué puedes hacer para protegerte?
Por ahora, no hay evidencia concreta sobre el nivel exacto de daño que estas correas podrían causar. Pero los investigadores están instando a la comunidad científica a investigar más a fondo. Mientras tanto, esto es lo que puedes hacer si te preocupa el tema:
- Cambia a correas alternativas: Existen opciones hechas de materiales más amigables, como cuero vegano, silicona de grado médico, o telas. La mayoría de las marcas detallan los materiales en sus sitios web, así que tómate un momento para verificar antes de comprar.
- Evita los fluoroelastómeros: Si ves esta palabra en la descripción del producto, piénsalo dos veces antes de añadirlo al carrito. Aunque estas correas están diseñadas para resistir sudor y agua, ¿vale la pena el riesgo?
- Revisa los materiales antes de comprar: Asegúrate de que la correa sea compatible con tus necesidades deportivas, pero sin comprometer tu salud.
¿El problema? Evitarlas no es tan fácil
Aquí es donde la cosa se complica: las correas de fluoroelastómero son populares por una razón. Si corres maratones, te ejercitas bajo la lluvia o simplemente tienes una rutina activa, estos materiales son los que mejor aguantan el desgaste diario. ¿Alternativas? Existen, pero pueden no ser tan duraderas, lo que hace que la transición sea un desafío para muchos usuarios.
El panorama más amplio: un problema global
No se trata solo de las correas de reloj. Los PFAS son un problema global que afecta al agua, la comida y prácticamente todo a nuestro alrededor. Y aunque las correas de los relojes inteligentes son solo una pieza del rompecabezas, este descubrimiento destaca la necesidad urgente de reevaluar cómo usamos estas sustancias químicas en productos cotidianos.
Al final, ¿quién iba a pensar que un accesorio tan pequeño podría traer consigo un problema tan grande? Puede que ese smartwatch siga ayudándote a medir tu frecuencia cardíaca y contar tus pasos, pero ahora también te da algo más en qué pensar: ¿qué materiales estamos dejando entrar en contacto con nuestros cuerpos todos los días?