El aumneto en la popularidad de plataformas de streaming como Netflix revolucionó el consumo audiovisual, pero la proliferación de servicios y el aumento de los precios han reavivado la piratería. A pesar del éxito global de producciones surcoreanas como “Parásitos” y o los Juegos del Calamar, la piratería sigue siendo una amenaza para la industria del entretenimiento en este país.
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El gobierno de Corea del Sur ha puesto en marcha una ambiciosa estrategia para combatir la piratería y promover la distribución legal de su contenido a nivel internacional. A través de un fondo público-privado de mil millones de wones, se busca impulsar la difusión de series, películas y música coreanas en festivales internacionales y plataformas globales.
Una de las claves de esta estrategia es la inteligencia artificial. El Ministerio de Ciencia y TIC (MiST) está desarrollando tecnologías capaces de detectar y rastrear automáticamente sitios web ilegales, reemplazando los métodos manuales por sistemas más eficientes basados en IA. Además, se aprovecharán las millones de horas de contenido audiovisual coreano para entrenar modelos de IA y generar nuevo material.
Las grandes empresas tecnológicas surcoreanas, como Samsung y LG, también jugarán un papel fundamental. Sus televisores, presentes en millones de hogares en todo el mundo, servirán como vehículos para promover el contenido coreano. Asimismo, se impulsará el doblaje a múltiples idiomas y la participación en festivales como Cannes.
La lucha contra la piratería es una prioridad para el gobierno surcoreano. El Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, junto con la Misión de Derechos de Autor de Corea, están reconociendo los esfuerzos de agentes especiales de la Interpol como Hong Seong-jin, quienes trabajan incansablemente para combatir esta práctica ilegal a nivel mundial.
Sin embargo, este es un primer paso y el camino por delante es largo y complejo. La piratería es un fenómeno global y cambiante, que requiere una respuesta coordinada a nivel internacional. A pesar de los esfuerzos del gobierno surcoreano, la batalla por proteger los derechos de autor y promover la cultura coreana aún está lejos de terminar.
