Starlink avanza como la empresa pionera en instalar el primer sistema de Internet satelital en el mundo. La compañía de Elon Musk ha mandado miles de sondas espaciales a la órbita de la Tierra para ofrecer un servicio, que por ahora es doméstico y empresarial, pero que pronto va a migrar hacia las conexiones directas al celular.
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Sin embargo, a Elon Musk y Starlink le ha salido competidor: el gobierno de China. Al igual que con los autos eléctricos de Tesla Motors, el gigante de Asia inició un proyecto de Internet satelital que plantea duplicar la cantidad de satélites en la órbita baja de la Tierra.
Si el magnate sudafricano pensaba que estaba cómodo en este negocio multimillonario, pues ahora le salió un competidor que lo reta, en principio, con una maquinaria superior que la instala Starlink y sin la necesidad de esperar una autorización gubernamental, porque básicamente ellos sin el gobierno.
El Internet satelital de China
Starlink tiene más de 6.700 satélites en el espacio. China, con su proyecto, apunta a 38.000 divididos en tres fases.
El primero, llamado Qianfan busca poner los primeros 15.000 satélites; el segundo, nombrado como Guo Wang pondrá alrededor de 13.000; mientras que la última fase del proyecto, llamada Honghu-3 pondrá los 10.000 restantes para completar la cifra objetivo.
Lo llamativo de este Internet es que al ser satelital y estar recorriendo la órbita de la Tierra, podría ofrecerse como servicio para todo el mundo. El de Elon Musk ya lo hace, pero la iniciativa de China representa la primera competencia seria a la que se enfrenta Starlink.
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Es también un llamado de atención para la seguridad de los Estados Unidos, ya que países que actualmente están en conflicto con los norteamericanos, como Irak o Siria, podrían tener acceso a conexiones fuertes, a pesar de las sanciones que se imponen desde el gigante del norte.
Ni hablar de las posibilidades para la misma China o Rusia, adversarios comerciales de los Estados Unidos.
