El cacao, ese regalo de los dioses que nos alegra el día en forma de chocolate, champurrado o un buen tejate, enfrenta su peor crisis en 40 años. La combinación del cambio climático, la caída en la producción global y el encarecimiento de precios amenaza con convertir al chocolate en un lujo al alcance de pocos.
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Desde Tabasco, el líder nacional en producción de cacao, hasta los cultivos en África, los efectos del calentamiento global están cambiando drásticamente la realidad de este superalimento. Pero, ¿qué está pasando y cómo afecta esto a nuestra barra de chocolate favorita?
Cambio climático: El enemigo del cacao mexicano
Tabasco, el “Edén de México”, ha sufrido lo impensable: una sequía histórica que dejó al estado con temperaturas de hasta 52 °C en junio y el septiembre más seco en 33 años. Esta sequía, seguida de severas inundaciones, afectó drásticamente las plantaciones de cacao, con una pérdida del 20 % de los árboles más antiguos.
“Desde 2005, la producción nacional ha caído un 70 %”, explicó Celia Andrade, directora de Proyectos en Chocahuatl, una sociedad de producción rural que trabaja con 264 productores de cacao en Tabasco.
Por si fuera poco, el año 2023 fue reportado como el más seco desde 1941 y el más cálido desde 1953, según el Servicio Meteorológico Nacional. Estos extremos están degradando el suelo y alterando los patrones de lluvia, afectando el rendimiento y la calidad del cacao.
Una crisis global: Déficit y precios récord
El problema no es exclusivo de México. A nivel mundial, la Organización Internacional del Cacao (ICCO) estima que la producción caerá un 11 % en la temporada 2023/2024, con un déficit récord de 374 mil toneladas. Este sería el tercer año consecutivo en el que el consumo supera a la oferta, algo que no ocurría desde 1969.
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El precio del cacao ha alcanzado cifras récord, subiendo de 2,500 dólares por tonelada en 2023 a 11,000 dólares por tonelada en junio de 2024. “Si esto sigue así, el chocolate se convertirá en un alimento de lujo”, advirtió Raúl Picard, empresario chocolatero.
¿Qué opciones le quedan a la industria?
Ante estos desafíos, los productores de chocolate enfrentan dos caminos: reducir la cantidad de cacao en sus productos o usar más sustitutos como mantecas vegetales y sabores artificiales. Actualmente, una barra de chocolate con leche contiene entre un 25 % y 35 % de pasta de cacao, mientras que el chocolate amargo puede llegar al 99 %.
“El incremento global en los precios del cacao fue del 15 % este año, y se espera que suban más en los próximos años”, comentó Miguel Ángel Sáinz-Trápaga, presidente de ASCHOCO.
El rescate del cacao mexicano: Tradición y sostenibilidad
En medio de la crisis, iniciativas como Chocahuatl buscan preservar la tradición y el cultivo sostenible del cacao mexicano. En sus cacaotales, los cultivos no se limitan al cacao; también coexisten con árboles maderables, frutales como guanábana y plátano, y especias como la pimienta gorda, creando un ecosistema multiestrato.
Celia Andrade recuerda cómo en los años 70, la llegada de la industria petrolera a Tabasco desestabilizó las fincas de cacao tradicionales. Hoy, el enfoque está en recuperar esa biodiversidad, mejorando el manejo de cultivos y construyendo infraestructura para drenar el agua de las lluvias intensas.
El cacao: Un superalimento infravalorado en México
El cacao no solo es delicioso, también es un superalimento rico en antioxidantes, vitaminas y minerales que mejoran el estado de ánimo y la memoria. Sin embargo, el consumo per cápita en México es de apenas 750 gramos al año, muy por debajo de los dos kilos que consumen en países nórdicos.
Aunque México produce alrededor de 26 mil toneladas de cacao al año, el país necesita 160 mil toneladas para satisfacer la demanda, lo que obliga a importar cacao africano de menor calidad. A pesar de esto, el cacao criollo mexicano sigue siendo uno de los más valorados en el mundo, especialmente en Europa, donde es utilizado para chocolates gourmet.
¿Un futuro sin chocolate?
Con el cambio climático, la caída en la producción y los precios en aumento, el chocolate que tanto disfrutamos podría convertirse en un lujo inaccesible. Sin embargo, iniciativas locales como Chocahuatl y el esfuerzo de los productores mexicanos son un rayo de esperanza para proteger este regalo de los dioses y garantizar que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de bebidas como el champurrado y postres con el inigualable sabor del cacao mexicano.
