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¿Sabías que al buscar en Google el buscador refuerza nuestras creencias y sesgos?

Los motores de búsqueda han revolucionado nuestra forma de obtener información, pero también han generado debates sobre cómo afectan nuestras percepciones.

Google tiene varias herramientas que pueden ayudarte a fortalecer tus conocimientos de inglés
Google tiene varias herramientas que pueden ayudarte a fortalecer tus conocimientos de inglés | (Unsplash)

¿Alguna vez has sentido que Google te da justo la respuesta que esperabas? Puede que no sea casualidad. Algunos expertos aseguran que el buscador más grande del mundo no solo nos muestra información, sino que refuerza nuestras ideas previas, creando una especie de “máquina de sesgo”. ¿Por qué? Porque Google, en su misión de darnos “la información que queremos”, puede estar limitando lo que vemos según lo que ya pensamos o creemos.

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Te explicamos. Imagina que escribes en Google: “¿Es bueno hacer ejercicio?”. Los resultados en las primeras posiciones reflejarán un panorama positivo: un artículo donde se destacan los beneficios del deporte, seguido de otros de notas relacionadas. Pero, si preguntas “¿Es malo hacer ejercicio?”, la narrativa cambia drásticamente. Los primeros resultados reflejan opiniones críticas, cuestionando esta actividad. En ambos casos, los resultados parecen alimentar la perspectiva que el usuario ya traía consigo.

Según Varol Kayhan, profesor de sistemas de información en la Universidad del Sur de Florida, Google nos coloca “a merced” de su algoritmo. La forma en que el buscador selecciona y ordena los resultados no es neutral y puede profundizar nuestros sesgos al devolvernos solo lo que queremos escuchar.

Google
Google Ayuda a buscar información pero también puede reforzar sesgos. Con millones de consultas al día, Google tiene un impacto significativo en cómo percibimos el mundo.

Un sistema que divide

Sarah Presch, directora de marketing digital en Dragon Metrics, lo llama “una máquina de sesgo”. Al analizar temas polémicos, Presch notó que Google tiende a mostrar respuestas opuestas según cómo se plantea la pregunta. Así, si buscas “el vínculo entre el café y la hipertensión”, Google destaca una cita sobre cómo la cafeína aumenta la presión arterial. Pero si escribes “no hay vínculo entre el café y la hipertensión”, el mismo artículo es citado de forma opuesta, indicando que la cafeína no tiene efectos duraderos.

Presch y otros especialistas ven en esto una clara señal de que Google no presenta toda la información de manera equilibrada, sino que tiende a confirmar nuestras suposiciones iniciales. Los usuarios suelen hacer clic solo en los primeros enlaces, dejando de lado opiniones diferentes, lo que genera una “burbuja de filtro” que refuerza nuestras creencias y evita que exploremos otros puntos de vista.

¿Un problema sin solución?

Para Google, estos resultados reflejan simplemente lo que los usuarios quieren ver. Un portavoz de la compañía asegura que el buscador se esfuerza por ofrecer resultados de calidad y sin sesgos; sin embargo, investigaciones recientes indican que su algoritmo sigue presentando contenido partidista, y algunos expertos creen que esta exposición limitada podría tener efectos negativos. En efecto, Silvia Knobloch-Westerwick, profesora en Alemania, advierte que las elecciones de Google limitan los mensajes que recibimos y contribuyen a la polarización social.

Además, documentos internos de Google revelan que su algoritmo funciona, en parte, midiendo las reacciones de los usuarios. Si la gente hace clic en un tipo de respuesta, el sistema prioriza ese tipo de contenido en futuras búsquedas similares. Mark Williams-Cook, fundador de la herramienta de SEO AlsoAsked, explica que este ciclo de retroalimentación refuerza el sesgo de confirmación: el sistema “aprende” a mostrarnos lo que nos gusta, no necesariamente lo que necesitamos saber.

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Fragmentos destacados y la burbuja de filtro

Otra función polémica de Google son los “fragmentos destacados”, esas respuestas rápidas que aparecen al principio de las búsquedas. Aunque son convenientes, tienden a reducir la profundidad con la que los usuarios exploran el tema. Esto es especialmente preocupante cuando se trata de temas médicos o políticos. Al mostrarnos un extracto de un artículo, Google facilita que los usuarios se queden con una versión rápida y, muchas veces, simplificada del tema.

Además, la transición de Google hacia un “motor de respuestas”, con herramientas como la nueva función de inteligencia artificial que genera respuestas directas, plantea desafíos éticos. Este cambio podría significar que Google no solo muestra información de terceros, sino que se convierte en la fuente misma de las respuestas. Esto añade presión al buscador, que ahora tiene “solo una oportunidad para acertar”, según asegura Williams-Cook.

¿Podemos confiar en Google para mantenernos informados?

El impacto de Google en nuestras opiniones y creencias está lejos de ser insignificante. Kayhan cuestiona si podemos confiar en que Google resuelva este problema o si, incluso, es su responsabilidad hacerlo.

“La pregunta es: ¿deberíamos confiar en Google para decidir qué es verdad? Muchos preferirían que no”, advierte.

Mientras Google defiende su sistema argumentando que ofrece un abanico de puntos de vista accesibles a cualquiera que decida explorarlos, la realidad es que pocos usuarios miran más allá de los primeros enlaces. Ante este panorama, expertos sugieren que Google debería ser más transparente sobre el funcionamiento de su algoritmo para que los usuarios comprendan mejor las limitaciones del buscador.

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