El uso de deepfakes, una tecnología avanzada que utiliza inteligencia artificial para crear falsificaciones digitales convincentes, ha alcanzado un nuevo nivel de sofisticación y ha sido empleado para engañar a figuras políticas de alto perfil.
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El más reciente caso involucra al senador Ben Cardin, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, quien fue víctima de un engaño digital durante una llamada de Zoom con alguien que se hizo pasar por un alto funcionario ucraniano.
Un Deepfake de un Funcionario Ucraniano
Según un informe de The New York Times, el senador Cardin recibió un correo electrónico el pasado jueves que parecía provenir de Dmytro Kuleba, exministro de Asuntos Exteriores de Ucrania. El correo le pedía una reunión por Zoom. Durante la llamada, la persona al otro lado se parecía y sonaba como Kuleba, pero sus comportamientos levantaron sospechas.
Según un correo electrónico enviado por los funcionarios de seguridad del Senado, el impostor hizo preguntas inusuales, políticamente cargadas, relacionadas con las próximas elecciones y temas sensibles de política exterior, como el lanzamiento de misiles de largo alcance hacia Rusia.
El tono de la conversación alertó al senador Cardin, quien rápidamente informó del incidente al Departamento de Estado. Tras investigar, las autoridades confirmaron que el senador no había estado hablando con el verdadero Kuleba, sino con un impostor que utilizó tecnología deepfake para hacerse pasar por él.
Advertencias del Senado Sobre Deepfakes
En un comunicado emitido por el propio senador Cardin, se refirió al intento de engaño como parte de un esfuerzo de un “actor maligno” para iniciar una conversación falsa haciéndose pasar por alguien conocido. Aunque no especificó de quién se trataba, los correos de seguridad del Senado sí identificaron al impostor como alguien que se hacía pasar por Dmytro Kuleba.
Los funcionarios de seguridad del Senado han advertido a los legisladores sobre el aumento de este tipo de amenazas y les han instado a estar alertas frente a futuros intentos. En el correo enviado a los legisladores, se enfatizó que este incidente era destacable por la sofisticación técnica del deepfake y su credibilidad, señalando que probablemente ocurrirán otros intentos en las próximas semanas.
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Aumento de Amenazas con Deepfakes y la IA
El caso del senador Cardin no es un incidente aislado. A medida que las herramientas de inteligencia artificial se han vuelto más accesibles y económicas, las falsificaciones profundas, o deepfakes, con fines políticos han aumentado tanto en frecuencia como en efectividad. Estas falsificaciones no solo se utilizan para engañar a personas en conversaciones privadas, sino también para campañas de desinformación a gran escala.
Por ejemplo, en mayo, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) propuso multas millonarias contra un consultor político que utilizó llamadas automáticas haciéndose pasar por el presidente Joe Biden, en un esfuerzo por influir en los votantes de New Hampshire durante las elecciones primarias. En la llamada, el falso Biden instaba a los votantes a no acudir a las urnas.
Además, figuras políticas de alto perfil como la vicepresidenta Kamala Harris también han sido objeto de deepfakes. Elon Musk compartió un video en X (anteriormente Twitter) en el que Harris parecía llamarse a sí misma “la mejor contratación de diversidad”, en un comentario ridículo que mencionaba a Joe Biden como su mentor en el “estado profundo”.
El expresidente Donald Trump también ha aprovechado la tecnología de IA, publicando un respaldo falso de la cantante Taylor Swift en su plataforma Truth Social, que Swift más tarde desmintió.
El Peligro de la Desinformación con Deepfakes
El creciente uso de deepfakes plantea una grave amenaza para la integridad de las comunicaciones, la política y la confianza pública. Las tecnologías de inteligencia artificial que permiten crear estas falsificaciones están evolucionando rápidamente, y aunque inicialmente los deepfakes eran fáciles de detectar por sus imperfecciones, las versiones más recientes pueden engañar incluso a expertos.