Andrea “Andy” Cunningham, una figura clave en el lanzamiento del Macintosh en 1984, ha compartido una historia poco convencional sobre su relación laboral con Steve Jobs. A pesar de ser despedida en cinco ocasiones por el cofundador de Apple, Cunningham asegura que le está profundamente agradecida por la experiencia.
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La importancia de siempre intentarlo
“Creo que Steve Jobs me despidió unas 5 veces”, revela Cunningham en una entrevista. “Soy Andy Cunningham y dirijo una empresa de consultoría de marketing”. La empresaria explica que sus múltiples despidos se produjeron durante su trabajo en Apple, donde fue testigo de primera mano de la intensidad y exigencia de Jobs como líder.
A pesar del trato a menudo duro y las constantes amenazas de despido, Cunningham logró mantener su empleo gracias a su valiosa red de contactos en la industria tecnológica. “Recibía unas 30 o 40 llamadas a la semana de la prensa de negocios preguntándome qué clase de tipo eres para trabajar”, recuerda. Al darse cuenta de la influencia de Cunningham, Jobs se vio obligado a mantenerla en el equipo, aunque no sin antes someterla a una serie de pruebas y desafíos.
Cunningham describe a Jobs como un líder capaz de sacar lo mejor y lo peor de las personas. “Lanzaba cosas a la gente, les insultaba, criticaba su ropa”, relata. Sin embargo, asegura que este estilo de liderazgo, aunque a menudo destructivo, también la motivó a esforzarse más y a desarrollar nuevas habilidades. “Afortunadamente para mí, fui de las primeras y le estoy eternamente agradecida por la experiencia, porque ahora soy mucho mejor en lo que hago de lo que habría sido sin él”, concluye.
La historia de Cunningham y Jobs es un recordatorio de que las relaciones laborales pueden ser complejas y desafiantes, incluso con los líderes más visionarios. A pesar de las dificultades, Cunningham logró convertir una experiencia negativa en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, demostrando la resiliencia y determinación necesarias para triunfar en el mundo empresarial.