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El búnker que Zuckerberg está levantando no es un simple refugio, sino una auténtica fortaleza subterránea. La construcción, que se integra dentro de su rancho de 500 hectáreas, abarcará 464 metros cuadrados dedicados exclusivamente al refugio.
Este imponente complejo contará con 30 habitaciones, 30 baños, una cocina industrial y oficinas, además de salas de conferencias. Los detalles del diseño incluyen una red de ascensores para facilitar el acceso entre los distintos niveles del búnker y un sistema de seguridad avanzado con puertas a prueba de explosiones.
El costo de esta lujosa fortaleza es de aproximadamente US$ 92 millones, sumado a los 156 millones de euros que Zuckerberg pagó por el terreno. La construcción está envuelta en un manto de secretismo, con trabajadores locales obligados a firmar acuerdos de confidencialidad; sin embargo, se ha revelado que el búnker estará conectado a las mansiones de la superficie por un túnel subterráneo, y que incluirá un spa, un gimnasio, una cancha de tenis y una serie de piscinas y jacuzzis.
Refugios de lujo
Zuckerberg no es el único millonario que está invirtiendo en refugios de lujo. Esta tendencia ha sido observada en varios magnates y multimillonarios que buscan protegerse contra posibles catástrofes globales. Por ejemplo, Frank VanderSloot, un multimillonario estadounidense, compró un rancho de 800 hectáreas al sur de la propiedad de Zuckerberg. Larry Ellison, cofundador de Oracle, adquirió casi toda la isla de Lanai en 2012, y Oprah Winfrey compró una propiedad de 66 hectáreas en Maui en 2002.
La creciente demanda de estos refugios de lujo ha llevado al surgimiento de empresas especializadas en construir fortificaciones para la élite. Entornos Estratégicamente Blindados y Fortificados (SAFE) es una de ellas, y se dedica a diseñar y construir búnkeres ultraseguros. Sus proyectos incluyen fortificaciones con puertas a prueba de explosiones, ventanas irrompibles, sistemas biométricos de entrada y mecanismos de defensa avanzados, como cañones de agua capaces de derribar drones o paracaidistas.
Motivaciones detrás del lujo subterráneo
La inversión en búnkeres de lujo plantea la pregunta de qué impulsa a estos millonarios a gastar sumas exorbitantes en seguridad extrema. La respuesta parece estar en una combinación de factores, desde temores de desastres naturales y guerras nucleares hasta preocupaciones sobre el cambio climático y el colapso social. Elon Musk, por ejemplo, ha manifestado su preocupación por la extinción masiva y está trabajando en la colonización de Marte como una solución a largo plazo.
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Douglas Rushkoff, autor del libro Survival of the Richest, sugiere que estos millonarios buscan construir “fortalezas del siglo XXI” que les permitan sobrevivir en un mundo cada vez más caótico. La idea es crear refugios autosuficientes que puedan proteger a sus ocupantes en caso de que la civilización colapse; no obstante, Rushkoff también señala que estas soluciones pueden ser temporales, ya que las islas y los paneles solares dependen de suministros y mantenimiento constante.
Una nueva forma de escapar
Mientras algunos millonarios optan por refugios subterráneos, otros buscan soluciones en el espacio. Elon Musk, por ejemplo, está trabajando en la colonización de Marte a través de su empresa SpaceX.
Musk ha afirmado que su objetivo es hacer que la humanidad se convierta en una “civilización espacial” para asegurar su supervivencia a largo plazo. De manera similar, Jeff Bezos, fundador de Amazon, ha hablado sobre la necesidad de buscar alternativas fuera del planeta para asegurar el futuro de la humanidad.