Desde que comenzó con la compra de esta red social, la relación entre Elon Musk y los empleados de X, antes conocida como Twitter, ha dado mucho de que hablar y sin duda, un foco de atención mediática. En esta ocasión no es la excepción pues de acuerdo al medio The Verge, después de un año de resultados financieros por debajo de lo esperado, Musk estaría dispuesto a implementar medidas drásticas que incluso podrían perjudicar a los inversores de Tesla. Destacando que por si fuera poco, enfrenta una demanda por impago de servicios junto a un aumento de la tensión interna en su empresa.
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Una de las últimas polémicas gira en torno a las asignaciones de acciones. En uno de esos correos masivos empresariales, Musk exigió a sus empleados que redactaran un informe detallando sus contribuciones a la empresa, pues mostrando valía sería la única forma en la que recibirían esta bonificación. Esta medida, sumada a la cancelación del proceso de promoción interna e incluso al retraso en la entrega de las acciones, ha generado un gran malestar entre los trabajadores.
No conforme con eso, la promesa de Musk de permitir a los empleados vender acciones de la red social de forma regular también se ha quedado en el aire. De acuerdo al reportaje, desde octubre de 2023 no se ha llevado a cabo ninguna nueva asignación. Lo que ha generado una gran frustración entre los trabajadores, pues de forma contraria a la realidad, ellos esperaban una mayor retribución después de la millonaria compra de Twitter.
La valoración de X en 21.000 millones de dólares en octubre pasado, con un precio por acción de 44 dólares, se contradice en comparación con las expectativas generadas por la compra de la red social. Es por ello que la falta de cumplimiento de las promesas de Musk a la hora de adquirir la red social fue una de las causas de la creciente tensión laboral que está dando como resultado un panorama complejo para la empresa.
