Pese a las severas restricciones impuestas por Estados Unidos para frenar su avance tecnológico, China continúa invirtiendo fuertemente en la fabricación de semiconductores. A pesar de las prohibiciones de adquirir equipos de última generación, el gigante asiático no ha tenido mucho problema para adquirir maquinaria por un valor de 26.000 millones de dólares solo en julio, según señaló Hardzone.
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Una de las principales restricciones impuestas por Estados Unidos prohíbe la venta a China de máquinas de litografía ultravioleta extrema (EUV), fabricadas por la empresa holandesa ASML. Estas máquinas son esenciales para producir los chips más avanzados y eficientes energéticamente, y su ausencia representa un gran obstáculo para la ambición de China de convertirse en un líder mundial en la industria de los semiconductores.
La respuesta china
Sin embargo, el gigante asiático ha encontrado formas de sortear estas restricciones: Está comprando grandes cantidades de equipos de fabricación de chips más antiguos, que aún pueden utilizarse para producir semiconductores, aunque con menor eficiencia y a un costo más elevado. Además, China está invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo para desarrollar tecnologías propias que le permitan reducir su dependencia de las importaciones.
La demanda de equipos de fabricación de chips por parte de China ha impulsado los resultados financieros de empresas como ASML y Applied Materials. A pesar de las restricciones, China sigue siendo el mayor cliente de ASML, y Applied Materials ha registrado un aumento significativo de sus ingresos procedentes del mercado chino.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos tienen como objetivo frenar el desarrollo tecnológico de China y evitar que el país utilice tecnologías avanzadas para fines militares. Sin embargo, hasta el momento, estas medidas no han logrado detener por completo el avance de la industria de los semiconductores en China.
China y Estados Unidos: Una relación tensa
La situación plantea importantes interrogantes sobre la efectividad de las sanciones económicas y sobre el futuro de la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China. Por un lado, las sanciones están dificultando el desarrollo de China en el sector de los semiconductores, pero por otro lado, están impulsando al país a buscar soluciones alternativas y a fortalecer su autonomía tecnológica.
En los próximos años, será interesante observar cómo evoluciona esta situación y cuáles serán las consecuencias a largo plazo de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China.
