Más de 25 millones de toneladas de neumáticos usados se desechan cada año en el mundo. Su masiva fabricación y la gran dificultad para hacerlos desaparecer suponen un grave problema medioambiental. Si no son reciclados y se abandonan en la naturaleza, con el paso del tiempo producen una degradación química que contamina el suelo. Además, al necesitar centenares de años para desaparecer, cuando el agua de lluvia queda estancada en ellos, estos se pueden convertir en perfectos criaderos de insectos, como el mosquito tigre, y roedores, desencadenando consecuencias insalubres.
Por otro lado, en ocasiones, los neumáticos abandonados se llegan a quemar para disminuir el espacio que ocupan en vertederos o accidentalmente como ya ha ocurrido en el pasado. Su quema provoca problemas aún más graves para el medio ambiente y nuestra salud, debido a la emisión de gases y a las cenizas tóxicas liberadas.
Nuevas tecnologías y usos
Las nuevas tecnologías han permitido darle una segunda vida a través de procesos de reciclaje, como la conversión en granulado. El granulado de goma se utiliza para el asfaltado de carreteras más seguras, silenciosas y duraderas, losetas de seguridad absorbe impactos, pavimentos para parques infantiles, canchas deportivas, césped artificial e incluso tejados para viviendas.
Otros usos más recientes del caucho son la obtención de eco-combustible a través de la Pirólisis. Este es uno de los procedimientos actuales más ecosostenibles para convertir los neumáticos, no sólo en combustibles alternativos, sino para transformarlos también en energía y productos petroquímicos de alto valor añadido.
Pero de los neumáticos no sólo se recicla el caucho, su acero que es de alta calidad también se recupera y, una vez limpio, es demandado por la industria siderúrgica como materia prima para la producción de acero nuevo. Y, por último, la fibra textil que, si bien su destino principal es la valorización energética, mediante su transformación en un combustible sólido recuperado en la industria cementera, también encuentra algunas aplicaciones en la producción de materiales aislantes y elementos de construcción.
Unir fuerzas para avanzar en estas temáticas
Un encuentro único en su tipo en Chile fue organizado por País Circular y CircularTec en la ciudad de Antofogasta para abordar esta temática y reunió a más de 120 asistentes. El evento resultó ser un espacio de diálogo en torno a la implementación de la normativa y de colaboración entre importadores y comercializadores de neumáticos, consumidores industriales, sistemas de gestión, mineras, gestores, proveedores mineros, gremios y autoridades.
Este año, importadores y productores regulados por la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP) comenzarán a cumplir ambiciosas metas de recolección y valorización de neumáticos fuera de uso (NFU) en respuesta a uno de los principios de la norma “el que contamina paga”. Las empresas deberán reciclar el 25% de lo puesto en el mercado hasta alcanzar el 100% al 2030.
Pablo Badenier, exministro del Medio Ambiente y cofundador de País Circular destacó que “Quisimos llevar la REP a regiones y visibilizar la experiencia de la ley. Es importante facilitar el diálogo y las alianzas colaborativas para que el proceso de implementación sea exitoso”. Por su lado, Andreé Henríquez, director de CircularTec, cree que “este Primer Congreso REP Neumáticos Antofagasta será una plataforma para abordar las claves sobre cómo avanzar hacia un mercado que dé salida a los residuos de neumáticos”.
Más beneficios de reciclaje de neumáticos
Según la TNU (Tratamiento Neumáticos Usados), organización que ha avanzado en estas materias globalmente, el reciclaje de neumáticos no sólo se traduce en la reducción de desechos que se acumulan en la naturaleza, también se fomenta la reutilización, el reciclado y la valorización de los neumáticos fuera de uso, contribuyendo a la preservación del medio ambiente.
La TNU destaca los beneficios ambientales que supone el reciclaje de neumáticos:
- Ahorro de energía. Al reutilizar los materiales, se reduce el gasto en extracción, transformación y transporte de nuevas materias primas, lo que implica una disminución de los consumos energía que utilizamos en los procesos. Este ahorro energético es beneficioso para el medio ambiente. Al hacer menor consumo de energía, generamos menos CO2 y reducimos el efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
- Ahorro de agua, un bien limitado. La carencia de agua afecta a más del 40% de la población mundial. Entre 2.000 y 3.000 millones de personas sufren escasez de agua en el mundo, un problema que se agravará en las próximas décadas, especialmente en las ciudades, según datos de la ONU. A través del reciclado de neumáticos, se ahorran millones de litros de agua, ya que se reduce en gran medida el uso de este recurso. En términos prácticos, para fabricar un neumático nuevo se necesitan 1.950 litros de agua y sólo 878 litros para un neumático renovado; es decir, se ahorra un 45% de agua.
- Disminución de la explotación de recursos naturales. El reciclaje reduce la necesidad de extraer nuevos recursos naturales y ayuda a preservar los existentes. El uso de petróleo para fabricar un neumático mediante el reciclado disminuye de 23,5 litros a 13,05 litros por neumático.
- Reducción de la huella de carbono. El reciclaje de los neumáticos fuera de uso contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en consecuencia frenar el debilitamiento de la capa de ozono. Mediante el renovado de neumáticos las emisiones de CO2 se reducen casi a la mitad, de 63,64 kg de CO2 en el proceso de fabricación de un neumático nuevo, a sólo 31 kg para uno renovado.
- Reducción de la contaminación del aire. Al reciclar, se reducen las emisiones de gases tóxicos que pueden contaminar el aire. Se ha demostrado que la quema de neumáticos abandonados descarga grandes cantidades de estas sustancias tóxicas al aire libre, generando daños fatales en la capa de ozono. En un incendio de neumáticos se liberan sustancias como mercurio, plomo o dióxido de carbono, todas ellas muy contaminantes. Esta emisión de gases, conocida como “humo negro”, representa un peligro para la naturaleza, ya que contribuye a la alteración del equilibrio atmosférico y al deterioro de la capa de ozono.
- Se evita la contaminación del suelo. La contaminación química por residuos es una de las causas más habituales de la contaminación del suelo. Lamentablemente, muchas veces el destino de los neumáticos fuera de uso es acumularlos en vertederos o abandonarlos en la naturaleza. Al degradarse, sus componentes tóxicos son liberados poco a poco en el suelo, pudiendo causar su esterilidad y alterar su actividad biológica y química.
- Se evita la contaminación en mares y océanos. La correcta gestión, tratamiento y reciclado evita que estos acaben abandonados en mares y océanos, poniendo en peligro la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de las especies marinas que los habitan. Aunque el 60% de los neumáticos se componga de caucho, también contienen fibras textiles de nylon o acero mezcladas de manera prácticamente indisoluble con la goma y aditivos tóxicos como el azufre y el carbón negro, que pueden perjudicar gravemente al medio marino debido al desprendimiento continuo de dichos tóxicos.
- Se contribuye a la conservación de los bosques. El principal componente del neumático es el caucho, tanto natural como sintético El caucho natural se extrae a partir del árbol ‘Hevea Brasiliensis’ y su explotación intensiva ha favorecido la pérdida de biodiversidad y de bosques tropicales. Por este motivo, hoy en día el caucho natural abarca sólo el 30% del mercado, el resto lo ocupan los cauchos sintéticos. Sin embargo, a pesar de este porcentaje se siguen talando selvas para su producción. Por lo tanto, reutilizando el caucho contribuimos a conservar los bosques.