El advenimiento de la inteligencia artificial generativa (IAG) ha marcado un antes y un después en la manera en que se llevan a cabo distintas tareas a nivel global, entre ellas, el desarrollo de software.
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Y es que la IAG no se trata solo de una herramienta más en el arsenal tecnológico, sino de una nueva forma de pensar y trabajar que está redefiniendo los límites de la productividad y la calidad en el desarrollo de software: un reciente informe de BairesDev señala que el 81% de los desarrolladores usa IAG para crear código
El auge de la IA generativa en el desarrollo de software
Mientras algunos se muestran escépticos sobre su capacidad de liberar tiempo para otras tareas, la mayoría coincide en que ha aumentado significativamente la velocidad con la que se pueden crear nuevos productos.
Los roles que más se han beneficiado incluyen a los profesionales de site reliability, DevOps, desarrolladores GIS y gerentes de proyecto / scrum masters. Incluso los científicos de datos y los desarrolladores full-stack han reportado mejoras en su rendimiento, lo que demuestra que la IAG tiene aplicaciones amplias en diversas áreas del desarrollo de software.
De codificador a editor
Tradicionalmente, los ingenieros de software han estado inmersos en la codificación manual, un proceso que, aunque meticuloso, es repetitivo y consume mucho tiempo. Con la llegada de la IAG, este rol ha evolucionado hacia uno más parecido al de un editor.
La rapidez con la que la IA puede generar grandes volúmenes de código justifica su uso, ya que los ingenieros ahora pueden dedicar más tiempo a editar y perfeccionar el código generado, en lugar de crear todo desde cero.
De esa manera, los profesionales pueden obtener rápidamente un andamiaje de código que luego pueden modificar y perfeccionar. Este enfoque, similar al de un editor revisando un borrador, permite a los desarrolladores centrarse en la optimización y la corrección de errores, en lugar de en la creación inicial de código. Sin embargo, es claro que la IAG todavía tiene un largo camino por recorrer antes de poder generar sistemas completos de manera autónoma y sin intervención humana significativa.
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¿Estamos ante una nueva era del desarrollo de software?
Todo apunta a que sí. Y esta era no solo estará marcada por la rapidez y eficiencia con la que se desarrollan los productos, sino también por la evolución del rol del ingeniero de software. Ya no se trata solo de escribir código; ahora se trata de orquestar procesos, optimizar recursos y, en última instancia, innovar en un mundo cada vez más digital.
Según expertos, a medida que las herramientas basadas en IA continúan mejorando, los desarrolladores pueden estar mejor equipados para enfrentar sus desafíos, creando soluciones innovadoras que impulsen el progreso tecnológico y redefinan lo que es posible en el mundo del desarrollo de software.
