La historia de la computación en Latinoamérica está cerca de cumplir 70 años. Y México fue uno de los países pioneros en integrar estas nuevas tecnologías en el país. Quien abrió las puertas para esto en el país fue la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que marcó un hito en la historia la región al adquirir en 1958 una IBM 650, la primera computadora en operar en el país.
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Esta decisión, impulsada por la visión del ingeniero Sergio Beltrán, transformó la manera en que la comunidad académica abordaba la investigación científica. Beltrán, tras un viaje a Estados Unidos donde presenció la potencia de estas máquinas, quedó convencido de que la UNAM necesitaba una herramienta de este tipo para impulsar sus proyectos de investigación. A pesar de la resistencia inicial, logró convencer a las autoridades universitarias y, tras un proceso de negociación, se adquirió la IBM 650.
Una -literalmente- gigante de la computación de su época
La IBM 650 era una máquina imponente para su época. Pesaba alrededor de 900 kilogramos y ocupaba un espacio considerable. Su funcionamiento se basaba en un tambor magnético que rotaba a gran velocidad, permitiendo almacenar y recuperar datos. A pesar de su tamaño y complejidad, la IBM 650 era capaz de realizar miles de cálculos por segundo, lo que la convertía en una herramienta invaluable para los investigadores.
La llegada de la IBM 650 a la UNAM tuvo un impacto profundo en la comunidad académica. Investigadores de diversas disciplinas, como física, matemáticas y ciencias sociales, comenzaron a utilizar la computadora para resolver problemas complejos que antes requerían meses de cálculos manuales.
El Centro de Cálculo Electrónico de la UNAM, creado para gestionar la computadora, se convirtió en un referente a nivel nacional e internacional. Investigadores de otras instituciones académicas acudían a la UNAM para aprender a utilizar la IBM 650 y realizar sus propias investigaciones.
Un legado duradero
La adquisición de la IBM 650 marcó el inicio de una era de desarrollo tecnológico en la UNAM. La universidad continuó invirtiendo en equipos y software, consolidando su posición como líder en el campo de la computación en México.
El legado de la IBM 650 trasciende las fronteras de la UNAM. Esta máquina sentó las bases para el desarrollo de la informática en América Latina y inspiró a generaciones de científicos e ingenieros. Hoy en día, la UNAM cuenta con una amplia infraestructura tecnológica y es un referente en la investigación y la innovación en el campo de la computación.
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Más allá de la IBM 650
La IBM 650 fue solo el primer paso en la historia de la computación en la UNAM. A lo largo de los años, la universidad adquirió otras computadoras más potentes y sofisticadas, como la Bendix G-15. Estos equipos permitieron a los investigadores abordar problemas cada vez más complejos y desarrollar nuevas aplicaciones.
La UNAM también jugó un papel fundamental en la formación de recursos humanos especializados en el campo de la computación. A través de cursos, talleres y programas de posgrado, la universidad formó a generaciones de ingenieros e investigadores que contribuyeron al desarrollo tecnológico del país.
La adquisición de la IBM 650 por parte de la UNAM es un hito en la historia de la ciencia en México y de toda la región. Esta decisión demuestra la visión de futuro de los líderes universitarios y su compromiso con la excelencia académica. Al invertir en tecnología de vanguardia, la UNAM se posicionó a la vanguardia de la investigación y el desarrollo en América Latina.