El caso de Ripple Labs contra la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ha emergido como un enfrentamiento crucial que podría definir el futuro de la regulación de criptomonedas en Estados Unidos y, quien sabe sino, en el resto del orbe.
Desde su inicio en diciembre de 2020, este caso ha captado la atención no solo de los actores principales en el ecosistema de criptomonedas, sino también de reguladores, legisladores y observadores de mercados financieros de todo el mundo.
En resumen, la jueza determinó que XRP puede considerarse un título valor en ciertas circunstancias, pero en otras no. Y aunque el fallo de la jueza ha proporcionado algunas respuestas, también ha planteado nuevas preguntas sobre cómo deberían ser reguladas las criptomonedas en el futuro.
¿Cómo partió todo?
La SEC presentó una demanda contra Ripple Labs y sus ejecutivos (incluyendo al CEO Brad Garlinghouse y al cofundador Chris Larsen) alegando que la compañía había recaudado US $1.300 millones mediante la venta de su token XRP como un título valor no registrado.
En su demanda, la SEC argumentó que XRP debería clasificarse como un título valor, lo que lo colocaría bajo la regulación de la agencia. Esta postura se basó en la interpretación de la “prueba Howey”, un criterio establecido por la Corte Suprema de EE.UU. en 1946 que determina si una transacción califica como un contrato de inversión y, por lo tanto, debe ser tratada como un título valor.
Según la SEC, las ventas institucionales de XRP cumplían con los requisitos de la prueba Howey, por ende, constituían una oferta de títulos valor no registrada, lo que infringe las leyes federales de valores. Ripple, por su parte, argumentó que XRP es una moneda digital —similar a Bitcoin o Ethereum— y que no debería ser considerado un título valor. Esta divergencia de opiniones desencadenó una batalla legal que ha generado incertidumbre y volatilidad en el mercado de criptomonedas.
Impacto en el ecosistema de criptomonedas
El fallo no solo afecta a Ripple, sino que también tiene implicaciones para otros actores en el ecosistema de criptomonedas; sin embargo, la decisión podría dificultar la posición de la SEC en estos casos.
Uno de los puntos más controversiales del fallo es que, aunque establece que XRP puede ser considerado un título valor en ciertas circunstancias, también abre la puerta para que otros tokens no sean clasificados de la misma manera. Esto crea un precedente que podría ser utilizado por otras compañías de criptomonedas para argumentar que sus activos no deberían estar sujetos a la regulación de la SEC.
La creación de jurisprudencia en el sector cripto
La decisión, aunque parcial, sienta las bases para futuras decisiones judiciales y da una primera indicación de cómo los tribunales podrían abordar la regulación de criptomonedas en el futuro.
Asimismo, la decisión en el caso de Ripple podría influir en cómo los tribunales tratan las demandas pendientes contra otros exchanges y compañías de criptomonedas, y podría ser un factor determinante en la forma en que la regulación de criptomonedas evoluciona en los próximos años.
