La tecnología y el deporte han tenido una relación simbiótica a lo largo de los años, con innumerables avances que han permitido a los atletas alcanzar niveles de rendimiento nunca antes vistos. Sin embargo, en algunas ocasiones, esta relación ha cruzado la línea de lo aceptable, llevando a las autoridades deportivas a tener que intervenir.
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Un claro ejemplo se dio en Natación a mediados de la década de los 2000, cuando los llamados “súper trajes”, desarrollados con la ayuda de la NASA, revolucionaron el deporte hasta el punto de ser prohibidos en los Juegos Olímpicos.
El auge de la natación en los “súper trajes”
A mediados de los 2000, la natación como deporte experimentó un auge en popularidad, con figuras icónicas como Michael Phelps, Ryan Lochte, Ian Thorpe, László Cseh, Kosuke Kitajima y Natalie Coughlin dominando las competencias internacionales.
Fue en este contexto que la marca Speedo, conocida por la elaboración de trajes de natación, presentó el LZR Racer, un traje que cambiaría para siempre la historia de este deporte. El “súper traje” fue diseñado en colaboración con la compañía Mectex, el Instituto Australiano del Deporte, la NASA y la empresa de simulación de dinámica de fluidos ANSYS. El resultado fue un traje que proporcionaba a los nadadores ventajas comparables al dopaje, posibilidad conocido como “dopaje tecnológico”.
LZR Racer: el traje que cambió para siempre la natación
El LZR Racer se extendía desde los tobillos hasta el cuello de los atletas e incluía un tejido especial para repeler el agua. Los trajes permitieron a los diseñadores identificar y minimizar las áreas de resistencia al agua, creando trajes que ofrecían una ventaja competitiva significativa a los nadadores pues, además, tenían costuras verticales realizadas mediante ultrasonido para disminuir la resistencia.
Estas innovaciones permitieron a los nadadores reducir significativamente la fricción con el agua, mejorando drásticamente su rendimiento.
La abrumadora cantidad de récords mundiales rotos en tan poco tiempo provocó una gran controversia. Durante el Campeonato Mundial de Natación de 2009, se batieron hasta 43 récords mundiales, una cifra sin precedentes. Esta situación llevó a las autoridades deportivas a tomar una decisión drástica: prohibir el uso de estos súper trajes en las competiciones oficiales.
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World Aquatics, el organismo rector de la natación a nivel mundial, decidió que los trajes de cuerpo entero, como el LZR Racer, no podían ser utilizados en los Juegos Olímpicos ni en otras competiciones oficiales. Esta prohibición se implementó para garantizar una competencia más justa y evitar que la tecnología proporcione ventajas desleales a ciertos atletas.
La influencia de la tecnología en la natación no desapareció con la prohibición de los súper trajes. En lugar de trajes de cuerpo entero, los fabricantes comenzaron a centrar sus esfuerzos en otros aspectos de la hidrodinámica, desarrollando gorras y antiparras más avanzadas y eficientes.
Trajes inteligentes con materiales avanzados
Una de las áreas emergentes en la tecnología deportiva es el desarrollo de trajes inteligentes equipados, por ejemplo, con sensores que pueden monitorear y registrar datos en tiempo real, proporcionando a los entrenadores y atletas información valiosa sobre el rendimiento y la técnica. Los trajes inteligentes pueden también ayudar a identificar áreas de mejora y optimizar el entrenamiento, llevando a los nadadores a niveles de rendimiento superiores.
El desarrollo de nuevos materiales avanzados también promete revolucionar la natación. Los científicos están investigando materiales que son más ligeros, más resistentes y más hidrodinámicos que los utilizados actualmente. Estos materiales podrían ser usados no solo en trajes de natación, sino también en otros equipos, como gorras y antiparras, ofreciendo a los atletas ventajas significativas sin comprometer la integridad de la competencia.
La influencia de la NASA en el deporte
La relación entre tecnología y deporte es compleja y a menudo controvertida, pero lo que es innegable es que, en un escenario cada vez más tecnologizado, la innovación seguirá desempeñando un papel crucial en el futuro de la natación y otros deportes.
Y es que, a medida que los fabricantes de equipos deportivos continúan explorando nuevas formas de mejorar el rendimiento de los atletas, el desafío será encontrar un equilibrio entre la innovación y la equidad, asegurando que todos los competidores tengan una oportunidad justa de alcanzar la gloria olímpica.
El uso de la tecnología de la NASA en el diseño de trajes de natación en décadas pasadas es apenas un ejemplo de cómo las innovaciones espaciales pueden tener aplicaciones prácticas en el deporte, permitiendo a Speedo y otros fabricantes de trajes de natación utilizar simulaciones de dinámica de fluidos para optimizar el diseño de sus productos.
Y si bien la prohibición de los súper trajes con tecnología de la NASA en los Juegos Olímpicos fue una decisión controvertida, los expertos son enfáticos en su necesidad para garantizar la equidad en la natación pues, aunque estos trajes proporcionaron ventajas significativas a los atletas, también plantearon preguntas sobre los límites de la tecnología en el deporte.