Dragon Ball es un poco más que una icónica franquicia de anime y manga, creada por el ya fallecido Akira Toriyama. La marca sigue siendo un fenómeno global imparable: Más de 5 mil millones de dólares en ingresos por juegos móviles y una película reciente que recaudó 13 mil millones de yenes, son muestras de que la popularidad de Dragon Ball no muestra signos de desaceleración.
Sin embargo, detrás del brillo y el glamour, la franquicia se enfrenta a desafíos internos que podrían poner en riesgo su futuro porque, como siempre, cuando a una franquicia le va muy bien, todos quieren un trozo del pastel.
El atractivo de Dragon Ball radica en su simplicidad, según los expertos de la industria. “La idea de ‘luchar para ver quién es el más fuerte’ es fácil de entender y disfrutar, sin importar la edad o el origen”, explica un insider de Bandai Namco. Esta simplicidad, combinada con la nostalgia de los fans de toda la vida, ha impulsado el éxito global de la franquicia.
¿Qué hay del éxito de Dragon Ball? Un problema latente
En mayo de 2023, Akio Iyoku, exjefe de la Dragon Ball Room de Shueisha, se independizó junto con varios miembros de su equipo para formar Capsule Corporation Tokyo. Esta decisión, tomada sin el consentimiento de Shueisha, el editor original del manga, generó confusión y tensión en la gestión de la franquicia.
Iyoku, quien se consideraba a sí mismo el portavoz de Toriyama, se llevó consigo un conocimiento invaluable sobre la franquicia. Sin embargo, los derechos del manga permanecen en manos de Shueisha, lo que ha creado incertidumbre sobre quién tiene la autoridad final sobre las decisiones creativas y de negocio relacionadas con Dragon Ball.
La muerte de Toriyama solo ahondó más el problema
La repentina muerte de Akira Toriyama en marzo de 2024 agravó la situación. Sin la guía del creador original, las disputas entre Iyoku y Shueisha se intensificaron, sin una resolución clara a la vista. “Las reuniones sobre Dragon Ball se volvieron caóticas, con múltiples partes involucradas y sin un líder claro”, comenta un empleado de Shueisha.
El futuro de Dragon Ball depende de cómo se resuelvan estas disputas internas. Algunos ejecutivos de la industria sugieren que la familia de Toriyama podría jugar un papel clave en la búsqueda de una solución. Sin embargo, por el momento, el camino a seguir sigue siendo incierto.
En conclusión, mientras que Dragon Ball continúa cosechando éxitos en el mercado global, la franquicia enfrenta serios desafíos internos que amenazan su futuro a largo plazo. La resolución de estas disputas y la búsqueda de un liderazgo claro son cruciales para asegurar el legado de Dragon Ball y su prosperidad continua.