Crear un videojuego no es algo que puede hacer cualquiera. Es un proceso complejo y desafiante que requiere una combinación de habilidades técnicas, artísticas y de diseño. El nivel de dificultad varía dependiendo del tipo de juego, la escala del proyecto y los recursos disponibles, pero en general, implica superar una serie de obstáculos y desafíos. Los desarrolladores de videojuegos enfrentan numerosos desafíos técnicos, artísticos y de diseño, además de gestionar el tiempo, los recursos y trabajar de manera efectiva en equipo.
PUBLICIDAD
Sin embargo, la pasión por los videojuegos y la satisfacción de crear experiencias interactivas únicas pueden ser recompensas invaluables para quienes se atreven a enfrentar este complejo pero gratificante desafío, aunque tomen más de dos décadas el conseguirlo, como el caso de “Kien”: este juego italiano ha tardado la asombrosa y no menor cifra de 22 años en ver la luz.
Un sueño nacido en 2002
La historia de Kien comenzó en el año 2002, cuando cinco jóvenes italianos, Fabio Belsanti, Luciano Iurino, Cristiano Convertino, Giuseppe Campanella y Giuseppe Grassi, se embarcaron en la ambiciosa aventura de crear el primer videojuego italiano para la Game Boy Advance, la consola de moda en ese momento.
Sin experiencia en programación, pero llenos de entusiasmo, el equipo trabajó arduamente en el diseño del juego, incluso llegando a realizar un anuncio oficial a la prensa. Sin embargo, un obstáculo importante se interpuso en su camino: ninguno de ellos era programador.
Superando obstáculos y buscando aliados:
Con un capital inicial de solo 500 euros y utilizando sus propios ordenadores personales, el equipo de Kien logró completar el diseño del juego. Luego, buscaron un programador que pudiera convertir su visión en realidad. La búsqueda no fue fácil, y tras varios candidatos poco convincentes, finalmente encontraron a la persona adecuada: un desarrollador que, según Belsanti, exclamó “¡No sé si podré, pero estoy dispuesto a luchar a muerte para completar este proyecto!”.
Tras un arduo trabajo de desarrollo, Kien finalmente estaba listo. Entre finales del 2002 y principios del 2004, el equipo firmó contratos con varios publishers para su lanzamiento. Las perspectivas eran buenas, con valoraciones positivas y estimaciones de ventas prometedoras.
Sin embargo, un nuevo desafío surgió: la producción de cartuchos para Game Boy Advance era costosa (alrededor de 15 dólares la unidad), lo que hacía que las proyecciones de ventas no fueran tan atractivas para las publishers.
PUBLICIDAD
Las frases desalentadoras como “tenemos que esperar para la publicación, quizá años. Kien es un gran juego, pero por ahora en GBA sólo se venden con seguridad juegos de Nintendo o IP fuertes. Una nueva IP es demasiado arriesgada por ahora...” se convirtieron en la tónica, lo que finalmente llevó a la disolución del equipo y al archivo del proyecto durante más de dos décadas.
Un regreso inesperado y un futuro prometedor
Afortunadamente, la historia de Kien no termina ahí. En la actualidad, gracias a la empresa Incube8 Games, especializada en la producción de juegos para consolas clásicas, Kien ha encontrado un nuevo hogar.
El juego, finalmente, se puede comprar en formato físico para Game Boy Advance por 60 dólares en la web oficial del distribuidor. Para Belsanti, “a nivel romántico, la idea de lanzar el juego en su consola original es sencillamente mágica”.
Además de esta emocionante noticia, Belsanti ha revelado que ya se encuentra trabajando en un sucesor espiritual de Kien, lo que significa que la aventura podría continuar en el futuro.
Kien es un recordatorio de que la pasión y la perseverancia pueden superar incluso los obstáculos más difíciles. A pesar de los 22 años de espera, este juego finalmente ha llegado a las manos de los jugadores, demostrando que nunca es demasiado tarde para perseguir nuestros sueños.
