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La Ley de Pesca en Chile planteó una pregunta que parece un chiste, pero que vale la pena responder: ¿Sienten dolor los peces?

Este planteamiento ha generando un intenso debate en el Congreso.

Una nueva evaluación encuentra que el 25% de los peces de agua dulce están en riesgo de extinción, y al menos el 17% de las especies de peces de agua dulce amenazadas se ven afectadas por el cambio climático. La Ley de Pesca en Chile planteó una pregunta que parece un chiste, pero que vale la pena responder: ¿Sienten dolor los peces? (Sebastian Carrasco)

El debate sobre si los animales tienen sentimientos no es un asunto solo de estos últimos años. En realidad, es un tema complejo y fascinante que ha cautivado a filósofos, científicos y al público en general durante siglos. A medida que la ciencia avanza y nuestra comprensión del mundo animal se profundiza, la pregunta de si los animales experimentan emociones como nosotros sigue siendo objeto de debate.

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Los argumentos a favor incluyen el hecho de que los animales exhiben una amplia gama de comportamientos que sugieren que experimentan emociones como alegría, tristeza, miedo, ira y frustración. Por otro lado, tienen capacidades cognitivas complejas que les permiten procesar información, tomar decisiones y aprender. Estas habilidades son similares a las que subyacen a nuestras propias emociones.

No obstante, la falta de un lenguaje claro para expresar emociones y que, como seres humanos, podríamos estar proyectando nuestras propias emociones en los animales, atribuyéndoles sentimientos que no experimentan realmente, son algunos de los argumentos en contra. De todos modos, este tema entró de lleno en el debate sobre la nueva Ley de Pesca que se está discutiendo en Chile, ya que se incorporó la idea de los “animales sintientes”, especialmente en lo que respecta a los peces.

La propuesta que enciende las aguas

El diputado Jorge Brito (del partido Frente Amplio) presentó una indicación para garantizar el bienestar físico y mental de “animales acuáticos sintientes”, incluyendo peces, crustáceos y moluscos. La medida busca agregar una letra al artículo cuarto de la ley, estableciendo:

  • El Estado debe crear mecanismos para el manejo adecuado de recursos hidrobiológicos sintientes en la pesca industrial.
  • Se debe respetar el estado físico y mental de los animales, evitando estrés, dolor innecesario, tratos crueles o agonía prolongada.

Críticas y reformulación

La propuesta de Brito generó controversia. El diputado Sergio Bobadilla (UDI) la acusó de ser una copia de la Fundación Veg y la tildó de “ambientalista extrema” con potencial perjuicio para la pesca artesanal. Sin embargo, el mismo Bobadilla también enfrenta acusaciones de copiar enmiendas de un estudio jurídico para una asociación pesquera. Ante las críticas, Brito anunció que reformularía la indicación para enfocarse en la promoción de normas de bienestar animal, evitando confusiones sobre su impacto en la pesca artesanal.

La defensa de la sintiencia

Ignacia Uribe, directora de la Fundación Veg, defendió la propuesta en la comisión de Pesca el 3 de julio. Argumentó que los peces tienen personalidad, pensamientos, intereses y memoria, ejemplificando con peces que juegan fútbol, hacen trucos y usan herramientas.

Uribe compartió en redes sociales un mensaje contundente: “Se tenía que decir y se dijo”, respaldando la propuesta con evidencia científica como la Declaración de Cambridge de 2012, que reconoce la sintiencia en animales no humanos.

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La Fundación Veg lamentó la sátira y comparación injusta de la propuesta con el trabajo de una asociación gremial. Reafirmó su compromiso de promover estándares de bienestar animal en la industria pesquera y otras.

¿Qué dice la ciencia?

Amplia evidencia científica avala la capacidad de los peces para sentir dolor y sufrimiento. Investigaciones han demostrado que poseen nociceptores para el dolor, reaccionan a analgésicos y exhiben comportamientos que sugieren sufrimiento ante daños.

Estudios como uno de la Universidad de Liverpool observaron que peces como el pez cebra evitan ambientes dolorosos y prefieren tanques enriquecidos, indicando su capacidad para experimentar y reaccionar a estímulos negativos.

Ahora, más allá de eso, la discusión sobre la sintiencia de los peces y su bienestar en la Ley de Pesca refleja un debate más amplio sobre el tratamiento de animales acuáticos en la legislación chilena. La polémica entre Brito y Bobadilla evidencia la necesidad de un enfoque equilibrado que considere tanto el bienestar animal como las realidades de la pesca artesanal.

El Congreso continúa revisando la Ley de Pesca, mientras la Fundación Veg y sus aliados abogan por un mayor reconocimiento de la sintiencia de los peces, basándose en la creciente evidencia científica de su capacidad para sentir dolor y sufrimiento.

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