El mundo de los videojuegos está repleto de armas fascinantes, desde espadas legendarias hasta rifles futuristas. Y es que, ¿a quién no le gustaría tener una BFG 9000 de Doom, una Buster Sword de Final Fantasy VII, o el caparazón azul del Mario Kart en sus manos? Si bien, la mayoría de estas armas son creaciones ficticias destinadas al entretenimiento, existe una comunidad de entusiastas que buscan replicarlas en la vida real.
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Ahora, es importante tener en cuenta que la réplica de armas de fuego reales conlleva consideraciones legales y de seguridad. En ese sentido, es crucial informarse sobre las regulaciones específicas del lugar donde se reside antes de embarcarse en un proyecto de este tipo. Pero más allá de eso, las réplicas de armas, incluso si no son funcionales, deben ser tratadas con respeto y precaución para evitar accidentes.
Sino, vean el caso de Anthony Bray, un hombre de Nuneaton, Reino Unido, que fue condenado a cuatro meses de prisión por llevar consigo una réplica de la Espada Maestra de “The Legend of Zelda” en un lugar público.
Un “juguete” que resultó ser un arma
Bray, de 48 años, fue detenido el 8 de junio de 2024 mientras caminaba por Queens Road con la réplica de la espada, que tenía una hoja de 6 pulgadas de largo y podía desenfundarse con un botón. Según la policía de Warwickshire, Bray fue arrestado por llevar un artículo con hoja en un lugar público.
Bray argumentó que la espada era un “fidget”, un objeto para mantener sus manos ocupadas, y que la había comprado en línea como un juguete. Sin embargo, las autoridades consideraron que, a pesar de su uso original, la réplica era un objeto puntiagudo que podía ser utilizado como arma y generar temor en otras personas, especialmente al ser portado abiertamente en un lugar público.
Condena y un llamado a la conciencia
A pesar de no tener intención de usarla como arma, Bray fue condenado el 28 de junio de 2024 en el Tribunal de Magistrados de Leamington Spa a cuatro meses de prisión y a pagar una multa de £154 ($196 dólares).
El sargento Spellman de la Unidad de Investigaciones de Patrullaje enfatizó la política de tolerancia cero hacia los artículos con hoja en espacios públicos. Sugirió alternativas como “fidget spinners” o pulseras antiestrés, y destacó que Bray podría haber evitado el conflicto con mayor conciencia de sí mismo.
Este caso sirve como un recordatorio de la importancia de comprender las implicaciones legales de poseer artículos que pueden ser percibidos como armas, sin importar su uso original o su procedencia. Es crucial actuar con responsabilidad y evitar situaciones que puedan poner en riesgo la seguridad propia y la de los demás.
